miércoles, 22 de abril de 2015

La izquierda: vacíos y candidaturas

Carlos Del Frade, por el Frente Social y Popular (FPS), superó el piso y accedió a competir en las generales de junio: deberá entonces sumar unos 15 mil votos más a los 48 mil que ya tiene si quiere llegar a la Cámara de Diputados sin que el Poder Judicial le pueda cerrar la puerta ante cualquier chicana. En Rosario, Juan Monteverde, de Movimiento Giros, también será candidato en junio, como concejal, tras un excelente resultado, al igual que Virgina Grisolia del Frente de Izquierda y de los  Trabajadores (FIT). Misma categoría disputará en Santa Fe Pablo Vallejo, también del FIT.
Carlos Del Frade, del Frente Social y Popular: uno de los que superó el piso y competirá en las generales de junio dentro de la categoría de diputados provinciales.

Esas son las principales referencias y canditaturas. En la categoría de gobernador, ni Octavio Crivaro, del FIT, ni Cacho Parlante (FTS) superaron el piso de votos necesarios para llegar a junio. Sin embargo, juntos suman 56 mil voluntades que quedarán sin candidato para junio. Una presa codiciada en una elección que será muy polarizada.
A diferencia del lugar que ocupa Monteverde en Rosario, en nuestra ciudad no termina de construirse una herramienta política que aúne a los diversos  y dispersos sectores ubicados abajo y a la izquierda, que han generado durante los últimos cuatro años las acciones de oposición al oficialismo local que más conmovieron a la opinión pública.
La resistencia al desalojo de la Estación Mitre, donde funciona el Centro Cultural El Birri, las movilizaciones por la construcción de cocheras en parque Alberdi y plaza San Martín, las denuncias por la actividad parapolicial de la Guardia de Seguridad Institucional, el señalamiento de las trapisondas del poder inmobiliario en el puerto, la actividad cotidiana de una red de organizaciones en los barrios: los principales rechazos a la gestión oficial en la ciudad no provinieron de los partidos de la oposición establecidos, sino de los movimientos sociales y políticos integrados por jóvenes estudiantes y militantes territoriales (descontando al movimiento de inundados y de Derechos Humanos).
Es más, la oposición establecida (incluso la que ahora está en el PRO) se colgó más de una vez de estas demandas y el propio oficialismo municipal sabe que las principales fuerzas opositoras no están en los partidos, con los que traban consensos casi continuos, sino en este ajeno colectivo callejero. Pero a la hora de la disputa por el poder del Estado, estas expresiones no construyen un cauce electoral propio.

Publicada en Pausa #152, miércoles 22 de abril de 2015.
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