domingo, 31 de agosto de 2014

Y entonces, ¿para qué está el Enress?

La provincia autorizó importantes aumentos en el agua, ignorando las observaciones del Ente y de las audiencias públicas y las exigencias de mejora para el deficiente servicio.


El gobierno provincial autorizó a ASSA a aplicar aumentos de hasta 30% en 2014, y otro del 10% en 2015. De esta forma, el Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente desoyó, una vez más, la opinión del Ente Regulador de Servicios Sanitarios y volvió a ignorar las opiniones vertidas en las audiencias públicas.
El ministro Ciancio desoyó el dictamen del Enress porque “está cargado de juicios de valor”.

A principios de julio, ASSA pidió una suba del 42%, no acumulativo y distribuido en partes iguales (21%) entre el quinto y el sexto bimestre del corriente año. Una vez recibido el pedido, el Enress llamó a audiencias públicas en Rosario, Santa Fe y Reconquista. Durante las mismas, la oposición al aumento fue la regla. Según la propia exposición de su titular, Sebastián Bonet, el principal motivo para justificar el incremento era la necesidad de cubrir los costos operativos del servicio. En cambio, la exigencia unánime de los asistentes y oradores fue que la suba estuviera condicionada a un plan de obras sustentable y a la colocación de medidores, que el gobierno invirtiera más y, fundamentalmente, que la mala gestión de los recursos de Aguas no recayera en los dos millones de santafesinos que tienen a la empresa como obligada prestadora. 
Ya celebradas las audiencias, el órgano de contralor emitió su dictamen, en el que hizo suyas muchas de las apreciaciones vertidas. “La eficiencia demostrada por la gestión de ASSA no es la óptima, y esta falencia no debería ser soportada por los usuarios con la aplicación de incrementos que vayan más allá de las expectativas razonables de inflación para el año en curso”, dice el texto. También advierte que “los resultados de las audiencias ponen nuevamente en evidencia que el servicio presenta graves problemas de calidad”. Más duramente aún, la resolución del Enress indicó en su parte resolutiva que es “impostergable que la prestadora ejecute las acciones previstas para 2014 en el Plan de Obras e Inversiones 2014-2016, procurando no diferir obras para años subsiguientes”. Además, advirtió que el régimen tarifario vigente fue concebido en 1994, por lo que lo califica de “anacrónico”. Sucede que desde hace 20 años nos cobran el agua por volúmenes “presuntos” de consumo, estimados según el barrio donde habitamos, y la supuesta calidad, superficie cubierta y antigüedad de construcción de nuestras casas. Todo esto, indicó el Enress, “genera distorsiones”.
No obstante, el organismo de contralor consideró “procedente” el pedido de incremento tarifario por parte de ASSA “por cuanto no se puede desconocer el proceso inflacionario que carcome la ecuación económica de todas las empresas”, pero aclarando que el 42% pretendido era excesivo. Así, el Enress avaló, respectivamente,  aumentos del 16 y 10% para los bimestres septiembre-octubre y noviembre-diciembre para los usuarios con medidor, y del 14 y 8% para iguales períodos de los clientes con volumen asignado. Asimismo, otorgó un 10% adicional para toda categoría, pero supeditado a la colocación “continua y sistemática de 20 mil medidores domiciliarios anuales”, que en esta oportunidad achaca al Ministerio conducido por Antonio Ciancio, “ya que anteriormente la empresa no cumplió con su instalación invocando falta de disponibilidad presupuestaria y siendo el Estado provincial, en su carácter de titular del servicio, el responsable último que habilita los recursos”.

La decisión final
Ni las audiencias públicas ni el dictamen del Enress son vinculantes. Ello implica que el ministro Ciancio puede decidir si toma en cuenta o no sus apreciaciones. Sólo cuentan como meras opiniones. Y aquí cabe una aclaración. Aguas Santafesinas es una sociedad anónima del Estado, el cual tiene el 100% de sus acciones. La empresa tiene partida en el presupuesto provincial, asignada al Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente. Al mismo tiempo, hay un organismo que controla a ASSA, el cual es gubernamental y autárquico. Cuando la empresa pide un incremento, la ley indica que el Enress debe evaluarlo, pero ello no es más que una formalidad. Diga lo que diga, la resolución del Ente no es prohibitiva y quien tiene que resolver es, en la práctica, el financista (el Ministerio) de quien está solicitando el aumento (ASSA).
A sabiendas de lo anterior, el gobierno provincial ninguneó las recomendaciones del Enress y habilitó incrementos para los usuarios sin medidores del 15% en el próximo bimestre, y de un 11% adicional para el último período de 2014; como también hizo lo propio para los clientes medidos, a quienes la boleta les llegará con un recargo del 17% entre septiembre y octubre, y con otro 13% más entre noviembre y diciembre. Asimismo, en 2015 las tarifas subirán otro 10% para ambos casos. No habrá exigencias sobre concreción de obras, colocación medidores o mejoramiento de la calidad del servicio. Sólo aumentos.
En declaraciones a La Capital, el ministro Ciancio fue claro: “el dictamen del Enress está cargado de juicios de valor, carece de fundamentos y no tiene en cuenta las inversiones que se están haciendo en toda la provincia”.
En 2010, 2011 y 2013, el titular de la cartera sanitaria ya había mostrado su desprecio por la opinión del Ente (y por lo recabado en las audiencias públicas). Le solicitaron que los incrementos estuvieran supeditados a la realización de obras… lo desoyó. Le pidieron que se colocaran medidores para propender a una justicia tarifaria… lo ignoró. Le exigieron que mejorara la calidad del servicio para conexiones y reparaciones… eso nunca llegó. Sólo autorizó aumentar las facturas de un suministro ya deficiente, e intentó acallar a un organismo cuyos dictámenes vienen pintando una realidad que el Ministerio no parece dispuesto a aceptar.

En Pausa #140, miércoles 27 de agosto de 2014. Pedí tu ejemplar en estos kioscos.

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