martes, 24 de septiembre de 2013

Por una solución definitiva

Albergue de niños desprotegidos, el histórico edificio donde funciona Casa Cuna acusa 78 años de vida y los problemas edilicios siguen a la espera de una solución estructural.

Por Ileana Manucci

Es un entrañable hogar. Ubicado en San Juan 2388, alberga en su interior a más de 30 niños y niñas en situación de riesgo social con el objetivo de brindarles atención integral y favorecer su crecimiento y desarrollo, para lo cual cuenta con un equipo interdiciplinario, de profesionales y personal especializado en diversas áreas, que está las 24 horas del día atendiendo las necesidades de los pequeños.
Los recursos para mantener la infraestructura del hogar provienen de diferentes sectores: el aporte más significativo es el de los socios, aproximadamente 6.000, otra buena parte proviene de los diversos actos y eventos de beneficencia y una tercera partida la reciben de la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, que es el organismo que decide el ingreso y egreso de los chicos y chicas.
En Casa Cuna los niños se guarecen, pero además realizan talleres o actividades en el Liceo.

Desde hace muchos años, Casa Cuna viene bregando por una solución definitiva para los problemas estructurales que presenta su edificio, construido en 1935. “La semana pasada tuvimos que clausurar una habitación porque se estaba filtrando agua y el cielo raso corría riesgo de caerse, así que ahora estamos tirando eso abajo para arreglarlo. A medida que van surgiendo esos inconvenientes los vamos emparchando como podemos, pero estamos a la espera de poder hacer una obra un poco mayor, que dure y con la cual estar un poco más tranquilos en ese sentido”, cuenta Mercedes Molinas, vicedirectora del turno tarde.
En estos momentos, las autoridades del hogar se encuentran esperando una evaluación de todo el lugar realizada por dos arquitectos, con la cual tendrían un panorama más específico y concreto sobre las medidas a tomar para solucionar los problemas más importantes del hogar. “El edificio está muy deteriorado porque durante muchos años no se le realizó el mantenimiento adecuado. Esta nueva dirección está intentado reordenar un poco las cosas, desde las cuentas hasta los problemas edilicios que nos aquejan desde hace tiempo”,
—¿Cuáles son los mayores inconvenientes que tienen hoy?
—Este edificio, por su antigüedad, tiene algunos problemas que son típicos del paso del tiempo, daños que no son estructurales pero si importantes como las cañerías, las canillas, los baños; y otros, como los que estamos estudiando ahora, que son un poco más grandes y para los cuales necesitaríamos una inversión muy grande de dinero, que aún no sabemos con exactitud de cuanto puede llegar a ser. Por ejemplo, tenemos una rajadura que, de encontrarse los cimientos involucrados, demandaría la realización de una obra importante en la que tendríamos que apuntalar toda la esquina del hogar.
—¿Cómo afrontan los gastos?
—Una vez que tengamos hecho el análisis y el presupuesto final, comenzaremos a buscar el financiamiento. Estamos viendo la posibilidad de que alguna universidad nos ayude, también tenemos el contacto de empresas de materiales para la construcción que estarían dispuestas a darnos una mano y pensamos en desarrollar algún programa de padrinos que creemos que nos puede ser de gran utilidad. Por otro lado, contamos siempre con la ayuda de nuestros socios y de la comunidad en general, que aún no pagando una cuota mensual se acercan cuando pueden a la institución para hacer sus aportes, ya sea en dinero como en cosas para los chicos, como ropa, juguetes, alimentos. Gracias a la gente esto se mantiene, gracias a quienes compran la rifa, participan del te bingo anual y ayudan en lo que pueden; son realmente colaboraciones inestimable para nosotros.
—¿Y el Estado?
—En algunos casos el Estado asigna partidas para estos arreglos, que pueden cubrir el monto total, parcial o nada, pero para ese trámite necesitamos el presupuesto que estamos armando ahora. Además, al ser el edifico Patrimonio Histórico Provincial, tampoco podemos hacer cualquier arreglo ni cómo nosotros querramos, hay que tener determinados criterios profesionales específicos, autorizaciones, y eso en muchos casos encarece el proceso. Pero el Estado provincial aporta, a veces hay algunos retrasos pero por lo general ese dinero siempre está. Además de las partidas que los chicos y chicas reciben amparados por la ley 5.110, que es dinero para ellos pero que significa un aporte para cubrir algunas necesidades como calzado o paseos, lo cual implica menos erogaciones para nosotros como institución.

El trabajo del hogar
“Los niños y niñas llegan al hogar por disposición de la Subsecretaría de Niñez y permanecen aquí a la espera de un proceso legal”, explica Diego Martínez, psicólogo. “Se ponen plazos mínimos y máximos, que no siempre se cumplen, en el cual los chicos deberían volver a su hogar o, aquellos que están en condiciones, ser adoptados”.
Aunque las edades máximas no deberían superar los 7 u 8 años, la realidad muestra que hoy Casa Cuna brinda alojamiento y contención a niños y adolescentes de hasta 15 años.
Además de un techo, una cama, vestimenta y alimento, en el hogar los chicos y chicas cuentan con gran cantidad de actividades pensadas en pos de su desarrollo y bienestar. “Los niños participan de diferentes disciplinas deportivas en los clubes del barrio y también tienen talleres acá, de computación, de construcción de barriletes, percusión. Además vienen a trabajar con ellos los estudiantes del ISEF, van al Liceo Municipal y, siempre dependiendo de los intereses del niño, se intenta que hagan actividades, tanto fuera como dentro del hogar”, finalizó Molinas.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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