lunes, 9 de septiembre de 2013

Animarse a animar

Con Dr. Cocicienzo, la productora local El Molinete se afianza en el complejo arte del stop motion.

Por Marcelo Przylucki


Existe un lugar, sobre calle Catamarca, en el que muñecos de trapo, figuras de plastilina e incluso alimentos, se transforman en los protagonistas de distintas series animadas gracias a la paciencia y a la dedicación de la gente de El Molinete Animación. Se trata de la única productora santafesina de contenidos animados en stop motion, nacida hacia 2005 luego de la realización del proyecto La bella molinera, que consistió en 20 cortos ilustrativos sobre el ciclo de canciones de cámara de Franz Schubert. Tras aquella propuesta, ganadora del concurso Proyecto Crear UNL, se conformó un equipo de trabajo destinado a la producción de cine de animación. Encabezados por Claudia Ruiz, el grupo se conformó con Ignacio Lillini, Marcos Martinez, Paula Monasterolo, Malena Martinez y Mario Martinez, más quienes se fueron agregando sobre la marcha.
Excedida la docena de producciones, no caben dudas a la hora de afirmar que la productora se perfila en la especialización de contenidos para niños, aunque hay piezas que alcanzan a otros públicos: “En el caso de Dr. Cocicienzo nos encontramos con que los adultos también acaban por entusiasmarse con el material. El haber logrado eso de manera espontánea nos satisfizo mucho ya que esa experiencia de jugar con sabores y estimular los sentidos no tiene por qué ser restringida”, se alegra Claudia Ruiz, directora y coordinadora de El Molinete. Dr. Cocicienzo es una miniserie producida en 2012 y financiada tras ser premiada por el programa Estímulo a la Producción Audiovisual “Espacio Santafesino” del Ministerio de Innovación y Cultura; consta de 4 capítulos que invitan a los más chicos al ejercicio de preparar y cocinar alimentos para ellos mismos. El cocinerito, cuyo nombre le da nombre al ciclo, es acompañado por Cuchara y Tenedor en procura de enseñar diversas recetas (como desayunos, almuerzos, colaciones y meriendas) que se caracterizan por ser preparaciones sanas, nutritivas y fáciles de hacer.

Comer jugando
Con ese argumento organizando la trama, se pretende defender el concepto de una “alimentación necesaria en términos energéticos –en definitiva, para cobrar energía es que precisamos comer–, alejándonos de la cuestión propagandística en torno a lo dietético y demás cuestiones similares y triviales; pensamos en una dieta equilibrada, practicada de manera lúdica”, sigue Ruiz.
La idea de juego es la que el colectivo animador pregona como la más eficaz a la hora de aprender: “Jugando, apropiándonos de los conocimientos en pos de utilizarlos de manera placentera, es como mejor nos cultivamos”, sostienen y reafirman. Y no al azar es la elección de su público, debido a que ellos confían en que los niños mismos se vuelven verdaderos “militantes” en asuntos como estos (como bien podría ser el cuidado del medio ambiente o el respeto a las normas viales), de modo que inclusive llegan a obligar a sus parientes más cercanos a modificar ciertos hábitos que van asimilando como no convenientes. No sólo por su contenido es que Dr. Cocicienzo es un producto atractivo además de didáctico, sino que su forma es también una carta importante, puesto que, como decíamos, los estímulos sensoriales son permanentes gracias a la mixtura de los distintos lenguajes que se combinan en cada microprograma de poco más de 5 minutos de duración. En su mayoría formados en el campo de las artes visuales (también del cine, la música, la comunicación social), los animadores de El Molinete apuestan por no acudir a un ludo de apariencias, sino que prefieren animar a los alimentos mismos y aprovechar sus texturas, sus colores y sonidos, todo ello para reforzar sus encantos de modo de acentuar su pregnancia.
El proyecto, que fue declarado de interés cultural por el Concejo Municipal, se editó en dvd y ya se encuentra a la venta, habiendo lanzado una primera tirada de 100 ejemplares. El Dr. Cocicienzo está a la venta en la Librería Letra E (9 de Julio 2883) o se puede conseguir a través de www.doctorcocicienzo.blogspot.com.ar.
Además, Dr. Cocicienzo ha sido seleccionado para proyectarse en importantes festivales internacionales como Anima y Mi TV (Buenos Aires), Cartón (Córdoba) y Ojo al piojo (Rosario), agregando a Santa Fe como emergente en la lista de productores de calidad, aprovechando el entusiasmo estatal en lo que respecta al otorgamiento de facilidades cuyo fundamento se sostiene en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Inclusive, comenta Ignacio Lillini, encargado de prensa y comunicación: “en el encuentro de la Asociación Televisión Educativa Iberoamericana (ATEI) tuvimos oportunidad de compartir nuestras ideas, que fueron elogiadas por gente de varios países y hasta por trabajadores de Paka Paka, aunque también caímos en la cuenta de que la serie es muy acotada como para ser transmitida por televisión, donde se requieren de 13 episodios en adelante”. Esto no es importante únicamente en vías de acumular alabanzas, sino que también resulta útil considerando que las producciones autóctonas están buscando no ahogarse en el under y aspiran a lograr una difusión lo más amplia posible (tanto es así que hasta se está trabajando en subtitular y doblar al inglés y el francés al cocinerito y sus acompañantes).

Dibujando para seguir
A pesar de las conquistas logradas, El Molinete se encuentra en pugna constante para poder sostener su empresa de animar desde Santa Fe: “La animación es un rubro aún en emergencia en el ámbito local, lo que deriva en problemas fundamentales como no tener la difusión necesaria, ni el respaldo económico para poder trabajar de esto, o sea, dedicarle todo el tiempo que merece. El dinero que conseguimos a partir de subsidios, se traduce exclusivamente en inversión de materiales, es raro que cobremos algo cercano a un salario”, se lamenta Lillini conteniendo cierta desazón, mientras mira una maqueta que es escenario de su rodaje en curso, El niño y la noche. Y continúa: “vamos a seguir trabajando hasta que se reconozca a la animación como un soporte artístico y comunicacional de alto impacto creativo y metafórico”.
Lejos de perseguir una gloria individual, la gente de El Molinete se alía con otras productoras para ganar fuerzas y asegurar trabajos de calidad, pues para ellos lo importante es que cada nueva producción sea una invitación a posar el ojo sobre esta nueva manera de abordar discursos y discusiones que ya han sido saturados en otros géneros narrativos.

Publicada en Pausa #120, miércoles 28 de agosto de 2013

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