viernes, 4 de enero de 2013

La cruzada por una internet libre

ANUARIO 2012
El cierre de Megaupload, Anonymous, Wikileaks y la Primavera Árabe: la red está caliente.

Por Libertad Vives

El futuro llegó hace rato, decía Patricio Rey. Hace apenas unas décadas hubiera sido difícil imaginar que la lucha por la libertad de expresión se libraría en un campo de batalla tan vasto como el cibernético.
Muy pocos habrían adivinado los alcances de WikiLeaks, el papel de las redes sociales en la Primavera Árabe, el combate de Hollywood contra la “piratería”, la resistencia por el libre intercambio y las oscuras alianzas que se tejen en nombre del derecho a expresarse.
El 14 de diciembre, en Dubai, se cerró un capítulo más de esta guerra fría, que en el año ha registrado victorias y derrotas para ambos bandos. Durante once días, representantes de 193 países debatieron sobre “el futuro de internet” en la Conferencia de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo de Naciones Unidas (NU) encargado de velar por el derecho a la información. Estados Unidos, aliado a Google y a sus hermanos anglosajones (Reino Unido, Canadá y Australia), boicotearon el nuevo Reglamento de Telecomunicaciones Internacionales (el último data de 1988, cuando internet estaba en pañales), argumentando la intención de algunos gobiernos de “controlar” el acceso a internet.
La prensa mundial festejó la victoria, pocos repararon en que la intención de la conferencia nunca fue limitar el libre flujo de información, algo opuesto a sus principios.

Nueva guerra fría
Entre las iniciativas “preocupantes” para Estados Unidos, figuran las de Rusia y China, que proponen mayor control sobre la asignación de dominios y direcciones IP, y las de algunos países africanos que impulsan el Sending Party Pays para que gigantes como Google o Facebook corran con una parte de los gastos que provoca su tráfico de contenido. Sin embargo, estas propuestas fueron retiradas de la mesa antes del evento.
¿Por qué EE.UU. no firmó el acuerdo? Miguel Criado, en el sitio español El Cuarto Poder concluye: “Estados Unidos no quiere que la ONU meta las narices en internet. A pesar de que (el acuerdo) hable de roaming, tarifas de interconexión o (...) un número mundial de emergencias, al país que, al menos indirectamente, controla la red (...), le da miedo que una vez abierta la puerta (...) ya no la puedan cerrar. Y en ese camino encontraron la alianza tácita con Google. Les ha ido muy bien con el actual modelo. Que la ITU y las operadoras sigan ahí abajo, encargándose de la infraestructura, de los cables telefónicos y de fibra óptica, que de los contenidos y su gobierno ya se encargan ellos”.
Resulta “raro” que Estados Unidos y Google traten de alzarse como paladines de la libre información, cuando en la práctica han sido los principales aliados contra ella. Bajo órdenes del gobierno estadounidense, Google ha bloqueado innumerables sitios en sus búsquedas, y la justicia norteamericana ha emprendido acciones legales incluso más allá de sus fronteras (Tarjeta Roja, Taringa, The Pirate Bay, Megaupload, entre otros).
Julian Assange, uno de los personajes de 2012.

Al igual que en el caso de The Pirate Bay, Estados Unidos ha encontrado en Suecia un socio fiel para combatir a WikiLeaks, un sitio que lleva el libre acceso a la información a su máxima expresión. Las presiones para extraditar a Julian Assange, refugiado desde hace seis meses en la embajada de Ecuador en Londres, van en ese sentido.
Por un lado, EE.UU. se dice defensor de la libertad de expresión; por el otro, ha elevado el castigo a Bradley Manning, responsable de las filtraciones a WikiLeaks, por encima de todos los acuerdos internacionales sobre el trato a detenidos (23 horas al día de aislamiento durante más de un año). Por cierto, Manning fue elegido personaje del año por los lectores del periódico británico The Guardian, quienes se “rebelaron” contra las propuestas del rotativo.

Apenas el comienzo
El reconocimiento a Manning como a “The Protester” (el manifestante) como personaje del año 2011 de la revista Times, son señales de que una parte de la sociedad está tomando muy en serio su derecho a la información y ha encontrado en las redes sociales su arma más efectiva. Así quedó claro durante las revueltas de la Primavera Árabe, donde colectivos como el de Anonymous jugaron un papel clave para romper el cerco informativo.
En el nuevo orden mundial, los intereses económicos han encontrado en la web su mejor laboratorio. Sin embargo, caminan por un terreno minado, perfecto para la resistencia digital. La lucha apenas comienza.

Publicada en Pausa #108, miércoles 19 de diciembre de 2012

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