sábado, 31 de marzo de 2012

Ninguna mujer nace para puta

La militante Sonia Sánchez estuvo en Santa Fe para apoyar la lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual y el abuso infantil.
Por Marcela Perticarari

Un día después de celebrarse el Día Internacional de la Mujer, la Asociación Civil Generar y la Red Infancia Robada organizaron la conferencia “Abolicionismo, esclavitud sexual y violencia de género”. Allí disertaron Marta Fontenla, integrante de la campaña “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución” y Wanda Candal, secretaria de Trata y Drogas de la Sedronar. No obstante, todas las miradas del auditorio, lleno hasta el último rincón, se posaron sobre una mujer que vomita sus verdades mirando a los ojos y denunciando, ahora sin miedos. Ella es Sonia Sánchez, un ícono en la lucha contra la explotación sexual y la trata de personas, quien durante el encuentro realizó la presentación del libro de su autoría titulado Ninguna mujer nace para puta.

Las múltiples identidades
“Puta, prostituta, trabajadora sexual, dama de compañía, trola o meretriz no son solo adjetivos. Es una acción directa, violenta, sobre cuerpos de mujeres jóvenes, adultas, discapacitadas o embarazadas. Para mí la prostitución no es trabajo, es la violación de los derechos económicos, culturales, sociales, políticos y civiles. Me pregunté qué es una puta cuando comencé a decir basta a esta violación sistemática sobre mi cuerpo y sobre mi subjetividad”, arrancó Sonia Sánchez. Su historia es dura, y duele saber que hay miles similares a la suya: cuando tenía 17 años viajó desde Villa Ángela (Chaco) hacia Buenos Aires para emplearse como doméstica. Luego de haber sido despedida, fue explotada sexualmente durante seis años.
“Desde el momento en que me encerraron en un burdel, que me pararon en una esquina, comenzó otra identidad, tan violenta que debí maquillarme para poder sobrevivir, porque en la prostitución no se vive”, disparó. Su labor militante comenzó a hacerse visible en 1999, cuando integró la comisión directiva de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR). En 2006 viajó a La Paz (Bolivia) para acompañar la muestra de arte Ninguna mujer nace para puta. Con ese mismo nombre, en 2007 publicó un libro junto a la boliviana María Galindo, autodefinida como “grafitera, feminista, lesbiana y terca convencida de que las alianzas prohibidas e insólitas son las únicas que nos enriquecen”.
Durante la presentación de su libro en Santa Fe, la militante habló del “Estado proxeneta” al recordar “que hemos llegado a repartir 7 mil preservativos por mes bajo los programas oficiales de prevención de VIH; y cuando el Estado te los da, te dice ‘seguí siendo puta’. Yo no quiero preservativos, yo quiero trabajo y educación”, clamó.
Sonia Sánchez tampoco guarda buenos recuerdos de su paso por la CTA. “Discutía en una mesa gigante acerca de si la prostitución era trabajo o no”, señaló. Pero las cosas no fueron como esperaba y un grupo numeroso de mujeres en situación de prostitución dieron el portazo de la central obrera. De todos modos, miembros de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina sigue afiliado a la CTA desde 1995.
“Le dije a Víctor De Gennaro que iba a discutir con él de prostituyente a puta, porque es violento que quieran imponernos una identidad. Después de irnos, empezamos a preguntarnos qué somos y alquilé la identidad de mujer en situación de prostitución, pero me seguía haciendo ruido, no tenía construcción como persona desde esa identidad. Por acción u omisión, todos son cómplices de que la puta siga parada en la esquina. Cada vez que se habla del tema, siempre se hace foco en la puta y no en el prostituyente, a quien nosotras sentimos como torturador. Cuestiono a toda persona que diga que la prostitución es un trabajo”, señaló.
“Yo veo a las prostitutas de 60 años muriendo de VIH en Buenos Aires y no hay un programa del Estado que te diga ‘basta’. El negocio es ser puta. Por eso mi invitación es que todas nos miremos en el mismo espejo y trabajemos con los varones en nuestras casas”, instó.
Finalmente, la militante se mostró sorprendida porque “en la folletería turística de Santa Fe se promocionan prostíbulos”.

“Un mundo desparejo”
La titular de la Asociación Civil Generar, Liliana Loyola, afirmó que “tanto las grandes crisis como el crecimiento económico del país y de América Latina conviven con un mundo muy desparejo y una vulneración de los derechos de las mujeres, tales como violencia de género, explotación sexual y abuso en el trabajo. ¿Qué nos pasa como sociedad que todavía no hemos podido revertir ciertos patrones culturales que legitiman mandatos patriarcales y hacen que todavía las mujeres sigamos siendo objetos de segunda?”, se preguntó.
Loyola dijo que las asociaciones de mujeres se centran en desnaturalizar la temática de la trata de personas, delito que “se esconde detrás de algo que nadie quiere hablar: la prostitución, que tiene aceptación social. Quien consume prostitución es una persona que circula en la sociedad a la que nadie cuestiona, mientras que las víctimas de la explotación sexual son discriminadas por la sociedad”.
En tanto manifestó que, teniendo en cuenta los recursos destinados, “todavía las políticas de género no son prioridad para los gobiernos. En Santa Fe tenemos un enorme campo limpio para el proxenetismo, a lo largo de la provincia son visibles las whiskerías al costado de la ruta y siguen habilitados los clubes nocturnos. No se generan políticas de persecución del delito porque la Unidad de Trata es muy pobre. También tenemos leyes maravillosas que, de ponerse en marcha, aliviarían los graves padecimientos que sufren miles de mujeres”, denunció la ex funcionaria.
En esta línea, la representante de la Sedronar, Wanda Candal, citó a la ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, que pretende “que tengamos una práctica y una vivencia de las mujeres como sujetos de derecho”, aunque “la conquista por los derechos humanos es una lucha que se da en forma permanente y si estos no se ejercen, no existen”.
Así, la funcionaria afirmó que “las políticas públicas existen en la medida de los recursos que están dispuestos a sostenerlas. Hay una ley integral de protección hacia la mujer y ventanillas abiertas a nivel local, provincial y nacional, pero si a las mismas no se les da contenido y se coloca gente que intenta hacer un buen papel con tres monedas, como Estado estoy diciendo lo que realmente me importa la temática. Esta ley, más allá de los avances, sigue significando que todavía las mujeres estamos valiendo poco para esta sociedad que entre todos estamos queriendo construir, y que por su grandeza corre el riesgo de volverse una buena carta de intenciones y no una ley efectiva”, arriesgó.
“¿Cuánto desde el Estado cumplimos con la no revictimización cuando abrimos oficinas que se llaman de determinada manera y que hacen que la víctima rebote en derivaciones interminables? Aún con muy buenas intenciones, como la prohibición de publicación de avisos con ofertas sexuales en los medios, debemos tener una militancia constante y permanente para que efectivamente se cumpla todo aquello que construimos en leyes, decretos y ordenanzas”, determinó Candal.

Publicada en Pausa #90, miércoles 28 de marzo de 2012

miércoles, 28 de marzo de 2012

Ya salió Pausa #90

Desde hoy, miércoles 28 de marzo, está en la calle una nueva edición de Pausa, el periódico quincenal de Santa Fe. En este número la nota de tapa es sobre la situación del humedal de Playa Norte y la clausura –temporal– del basurero clandestino de la empresa Mallozzi SA. Un repaso de las normas que no se cumplen y la mirada de Liliana Berraz, de la ONG Manzanas Solidarias.

Además: a cinco años de la inundación de 2007, repasamos el informe de la Comisión Investigadora del Concejo Municipal, que detectó 20 irregularidades concretas respecto de la actuación del municipio, entonces a cargo de Martín Balbarrey. El plan de contingencias que no existió, el pésimo estado del sistema de bombeo y la anárquica –y tardía– respuesta estatal en los centros de evacuados.

También:
-Malvinas en primera persona: hablan tres soldados santafesinos
-Hábitat y vivienda: planes oficiales, críticas de la oposición
-La visita de Sonia Sánchez, activista contra la explotación sexual y la trata de personas y autora del libro “Ninguna mujer nace para puta”
-Fútbol para todas: arranca la Liga Femenina local
-Radio Pandora: por la web, de Santa Fe al mundo
-El nuevo disco de Carlos “Negro” Aguirre
-Y como siempre: humor, música, noticias, deportes y mucho más...

Pausa se consigue en kioscos de diarios y revistas de Santa Fe a 5 pesos.
Próxima edición: miércoles 11 de abril.

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sábado, 24 de marzo de 2012

Testimonio de una familia

A 36 años del golpe de Estado, la esposa y el hijo de un desaparecido repasan la historia de sus identidades y de su búsqueda de la justicia.

Por Juan Pascual

Cecilia Mazzetti fue secuestrada en 1976, cuando tenía 17 años, y estaba embarazada de Sebastián, que nació en cautiverio. El padre, que era su marido, se llama Roberto Daniel Suárez y se encuentra desaparecido. El testimonio de Cecilia, junto al de otras víctimas y querellantes, fue sustancial en la causa que culminó con las condenas del ex juez Víctor Brusa, de Juan Calixto Perizotti, María Eva Aebi, Mario Facino, Héctor Colombini y Eduardo “Curro” Ramos. En aquellas jornadas, cuyo fin se celebró el 22 de diciembre de 2009, Cecilia denunció al entonces capitán de Inteligencia del Ejército, Domingo Morales.
“Estaba vendada y con capucha. Les dije que estaba embarazada porque mis compañeras me habían sugerido que se los diga, que me iban a tratar mejor. Pero fue peor. Uno de ellos me dijo que ‘el hijo de un guerrillero no tiene que nacer’”, declaró Mazzetti. Los interrogatorios se repitieron, tanto en la infame Comisaría 4ª como en la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), donde era jefe Perizotti. Allí Mazzetti se encontraba con Morales, quien se presentó a sí mismo: “Un día cuando salimos al recreo se acercó y me dijo que era el capitán Morales. Estaba de civil. Le pregunté por qué no llevaba uniforme, a lo que respondió que era de Inteligencia del Ejército. Y me dijo: ‘Te vas a podrir acá’”.
A partir de la declaración de Cecilia se resolvió la detención de Morales a principios de 2010. Estuvo preso hasta el 7 de abril de ese año, cuando la Cámara Nacional de Casación Penal lo excarceló por su buena conducta, la falta de antecedentes penales y de indicios de que pretendiera fugarse. En diciembre del mismo año, la Cámara Federal de Rosario anuló su procesamiento por 16 homicidios, asociación ilícita y supresión de la identidad de una hija de desaparecidos (el caso de Paula Cortassa, dada en adopción como María Carolina Guallane). En la resolución tomaron una posición coincidente con la defensa de Morales: en tanto capitán, no es un “oficial superior” y no puede responder por los hechos sucedidos. Pero, al mismo tiempo, le pidieron al juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez que Morales se prestara a una rueda de reconocimiento. Se realizó, pese a los recursos dilatorios de la defensa, Cecilia apuntó a Morales y el 23 de febrero de 2012 el represor de la dictadura volvió a la cárcel de Las Flores, a la espera de que el juez Rodríguez dictamine su eventual procesamiento.
“Morales es mi acusado directo porque hizo un seguimiento de mí desde que yo fui secuestrada”, dice Mazzetti. “Estaba en mi vida todo el tiempo, en los interrogatorios, en todas partes. Todo el tiempo me preguntaba por Daniel. Lo ví en la 4ª, en la oficina de Perizotti y en el patio de la GIR; cuando estábamos en el recreo, Morales no perdía la oportunidad de amenazarme”, recuerda.
—¿Pensaron que los delitos quedarían impunes?
—Iba y venía entre la esperanza y la decepción –expresa Cecilia–. No pensé que iba a ver y vivir esto. Con el juicio a las juntas parecía que terminaba todo. Después vinieron otros juicios y otras condenas, pero con lo de Morales había perdido la esperanza. Cuando se reactivó en febrero me sorprendió.
—No sé qué justicia es, si hace un año que están en cana y ya salen cada 15 días –interviene Sebastián–. Esto sirve para que el resto de la sociedad vea que los bebés robados existieron, porque se recuperaron 512 bebés apropiados, que estos tipos torturaron, mataron y secuestraron y que la justicia los condenó por eso. Sirve para que la sociedad se dé cuenta que no era una mentira, que los desaparecidos existen, se encontraron fosas comunes, se van recuperando los cuerpos, los restos de los compañeros. Sirve para eso. En lo personal a mí mucho no me cambia nada. Lo que hicieron... lo hicieron. Que estén presos un año, dos años, con 80 años, que se vayan a la casa...
—Son dos cosas: lo que nos pasa personalmente y lo que significa políticamente. Tiene que haber justicia, tienen que ir presos, todos. Pero en lo personal a mí nadie me va a devolver nada de lo que me quitaron, nada –enfatiza Cecilia–. El tiempo que estuve presa, el espanto que tuve que vivir, la desaparición-muerte de mi compañero, lo que nos robaron a mi hijo y a mí al separarnos, todos los compañeros desaparecidos… Eso no se repara, es irreparable.
—Más allá de juicios, tiene que haber una condena histórica para siempre –afirma Sebastián–. No solamente un juicio y que vaya a la cárcel y a la casa y listo, se terminó. Acá nunca se va a cerrar un ciclo. Eso de la reconciliación nacional no existe.
—Una cosa notable en el tribunal, cuando se desarrollan los juicios, es que los acusados al entrar el querellante, la víctima, piden irse del recinto. Es algo increíble, son cobardes hasta lo último. No quieren estar, no quieren escuchar. Es un momento muy fuerte para el sobreviviente cuando te preguntan “¿Está en la sala la persona imputada? ¿Puede señalarla?”. Y sí que podemos. Es un momento muy importante en la historia de los juicios. Y en general no están.
—Ni siquiera dan la cara los familiares de los que ahora están siendo enjuiciados. Me imagino que tienen vergüenza. Sino estarían ahí, todos los días, en los juicios, los tíos, los primos, los amigos. En algunos casos van sus hijos un día o dos...

33 años
La dictadura permanece en la historia familiar de Cecilia y Sebastián a partir de una ausencia: la de Roberto Daniel Suárez. Él y Cecilia estaban casados cuando concibieron a Sebastián y cuando fueron secuestrados. Suárez fue visto por última vez en agosto de 1977. Desapareció cuando estaba cumpliendo con el servicio militar obligatorio, tras haber estudiado Bioquímica en la FIQ. Era militante de la Juventud Universitaria Peronista. Cecilia recuperó la libertad en el 24 de diciembre de 1978. A Sebastián le había tocado nacer el 24 de marzo de 1977. Hasta el reencuentro, quedó bajo el cuidado de sus abuelos.
—¿En qué condiciones fue el parto?
—Yo empecé el embarazo con 52 kilos y lo terminé con 49. Mis compañeras pedían que me llevaran a sala policial porque estaba muy mal. Yo prefería estar con ellas en la Guardia de Infantería, donde más o menos había una cierta conexión con todas, una contención. Además, la sala policial era una especie de depósito: las muy relativas garantías que se podían tener en la GIR allí se perdían completamente. A partir del quinto mes de embarazo yo ya no podía caminar, no tenía fuerzas para levantarme de la cama, me agitaba cuando hablaba, estaba con una anemia impresionante. Me llevan a la sala policial y me pasan a la maternidad y me hacen una transfusión de sangre. Ahí tengo un shock, porque no la resisto. Cuando pude recuperarme me miré en un pequeño espejo del baño y no me reconocí. Nunca me había visto así. Era como una especie de biafrana, una panza terrible, pura piel y hueso. Después sí pasé por el parto. Estuve casi una semana con él internada. Él nació gordito y lindo, casi con 4 kilos, y era tan lindo que la pediatra me lo pidió prestado y se lo llevó a mostrarlo a otra sala. Tendría que haber sido por cesárea, pero no me la hicieron porque ese día el banco de sangre no se podía abrir porque fue la señora de Videla de visita. Sebastián lloraba sin parar, no era el llanto de un bebe recién nacido, casi no dormía y más que llanto parecían gritos de rabia, de bronca. Una semana después salí del hospital y se lo entregué a mis padres en la oficina de Perizotti.
—¿Cuándo le contaste a Sebastián su historia?
—Yo salí en libertad y él tenía un año y ocho meses. Él me rechazaba, había sufrido dos separaciones traumáticas. Primero de mí, aunque no estuviera en su conciencia. Y después yo salí y lo separé de mi mamá, que era como su mamá. Yo era una extraña para él, que no entendía por qué tenía que relacionarse conmigo. Fue el comienzo de un proceso largo, difícil en tantos aspectos… Nos fuimos a La Pampa: vino a buscarme gente de Inteligencia diciendo que yo era chilena, con documentación falsa con mi nombre y todo y que tenían que deportarme a Chile, por el problema del Beagle. Yo no estaba, cuando llegué a mi casa mis padres ya habían preparado las valijas. Nos subieron a un colectivo y nos fuimos a la casa de mi hermana. Fue un corte violento para él. A mí no me quería ni ver, era la mala de la película. Estaba desesperada por ser su mamá y él estaba desesperado por no tener nada que ver conmigo. Con mis hermanas planeábamos estrategias: yo hacía todo lo lindo, como jugar o pasear, y ellas lo bañaban y peinaban, todo lo que él no quería. Él prácticamente no dormía de noche. Se despertaba a la una, si lograba dormirse, y hasta las seis de la mañana lloraba a los gritos. No había día que no lo hiciera. Con Dani habíamos planeado una vida feliz con nuestro hijo y esto daba mucha tristeza. Volvimos a Santa Fe, aquí cumplió 3 años. Como todos los chicos, preguntaba: “¿Mi papá donde está?”. Y ahí le dije que estaba muerto, que lo habían matado los militares y le dí una mínima explicación. Más adelante, cuando tenía 5 años: “A mí me preguntan por mi papá, ¿qué les digo?”. Yo trabajaba en Coca Cola, donde no podía contar mi historia para no perder el trabajo. Tratábamos de no decir mucho para poder, digamos, tener una vida. Y él me pregunta qué decir, ya medio cansado. Entonces, le doy una foto y le digo: “Andá y deciles éste es mi papá y está muerto”. Eso fue como una “legalización” de la situación. Sebastián y yo tuvimos que fabricar un vínculo, en medio de mucho dolor y soledad. No es lo mismo el proceso de una madre con su bebé que van madurando su relación juntos. Acá fue al revés: hubo que trabajar para que eso fuera posible. Sobre todo él, que no entendía por qué yo tenía esa ansiedad por ser su madre y él mi hijo. En la adolescencia se puso más duro y crítico: “Si ustedes tanto me querían, ¿por qué no se ocuparon de mí?”. Cuando él tuvo su primer hijo dijo algo que a mí me pegó en el alma: “Si a mí me dicen que con lo que yo haga salvo a 30 mil, yo no dejo a mi hijo por eso”. ¿Cómo explicarle que para su papá nosotros dos éramos lo más importante, cómo explicar tanta ausencia no querida? Pero después fue cambiando su opinión, empezó a ver y entender otras cosas, y a sus hijos los adora.
Sebastián nació en cautiverio. En la causa Brusa, las declaraciones de su madre fueron sustanciales. También allí denunció al capitán de Inteligencia Domingo Morales.       Fotos: Olivia Gutiérrez

—¿Cómo cambió tu posición?
—Empecé a relacionarme con compañeros militantes, ex detenidos, hijos. Incorporé a las relaciones ese pedazo de historia mío que antes dejaba de lado –explica Sebastián–. Si bien siempre estuve en las marchas, a partir de mis 25 años hubo un quiebre. Otra historia. Me explotó la glándula de la militancia: en Hijos, en la Secretaría de Derechos Humanos, con el Equipo de Antropología Forense, con el tema sindical cuando los compañeros me eligieron delegado de ATE en la secretaría. También me pasó algo después que Néstor descolgó el cuadro. Yo pensé que ese tipo era otra cosa, una vuelta de página. No entendía cómo la gente decía que descolgó el cuadro para juntar votos: eso en ningún lado te suma votos, te los resta. Ese tipo se puso de nuestro lado, del lado de la verdad, la memoria.
—¿Y antes cómo compartías tu historia con tus amigos?
—Toda esto, inconscientemente, produce algo de... prevención. Siempre traté no de ocultarlo, pero sí de ser cauteloso en contarlo. Yo nací en el 77, empecé el jardín y la escuela cuando recién llegaba la democracia. Eran temas que no se trataban, la gente no quería escuchar esas cosas. Yo no me escondía, pero era cauteloso. En la escuela primaria, por ejemplo, había algunas docentes que no podían con este tema.

De Mazzetti a Suárez
—¿Cómo?
—Él nace en el hospital y ya sale con el documento. Cuando me preguntaron por el apellido yo le dí mi apellido: no quería que existiera ninguna posibilidad de que lo pudieran reconocer al padre. Más tarde, por el 90, yo hago un juicio para que pueda llevar el apellido del padre y logro el cambio –cuenta Cecilia–. Entonces comunico esto a la escuela para que corrijan la documentación; la maestra, entre preocupada y asustada, me plantea: “¿Y yo qué le digo a los otros padres?”. Ella creía que los padres iban a sacar los chicos de la escuela, porque él era hijo de un desaparecido.
—Lo que dijo después fue peor. Le sugirió a mi vieja: “Ya terminan las clases, ya empieza primer año. Dejémoslo con el apellido viejo y que, cuando empiece la secundaria, lo haga con el nuevo”. No sucedió así y cuando después la maestra tuvo que contar que yo tenía un nuevo apellido todos los chicos empezaron a preguntar por qué y ahí fue que les dije la verdad. No es lo mismo decir que mi papá estaba muerto a que es desaparecido. Les resultaba muy extraño. Era una película de terror que les habían contado, pero no tenían contacto con alguien que la hubiera vivido.
—¿Qué pasó cuando llegaste a la edad en que tus padres sufrieron la represión?
—Pasé varias etapas: de enojo con mis viejos, de creer que lo que les pasó, el cautiverio y la desaparición, había sido una decisión personal. Y la decisión personal fue la militancia, el pelear por otro país mejor para todos, no el secuestro. No fue de un día para el otro, pero algo pasó cuando empecé a acercarme a la edad en que mi viejo había desaparecido. Sobrevivirlo. Yo era igual a mi viejo y, después, te das cuenta que lo vas a pasar.

Democracia
Con el indulto que decretó Carlos Menem, la prisión quedó sin ningún genocida. Se cerraba así un ciclo: todos los represores libres.
—En ese momento me daba lo mismo –admite Sebastián–. Estaba enojado con todo el mundo. Con los políticos, con el gobierno: con todo.
—Con el indulto se sintió bronca. Tampoco era una sorpresa –aclaró Cecilia–, no estábamos esperanzados. Yo también era bastante descreída. Veía mucho miedo, muchos manejos, negociaciones... El tema de sentirse sola es... Todo esto es intransferible. Yo te puedo contar, pero nada que diga... Es como que las palabras no alcanzan. Vos me vas a escuchar y me vas a entender, pero no podés sentir lo mismo. Se siente una soledad tremenda. Fue siempre así. La única cosa que me pone en otro lugar es cuando estoy con mis compañeras y compañeros que pasaron lo mismo. Hay una comunión que va más allá de todo. La soledad también te viene cuando estás con una persona con la que te sentís muy amiga, y ella también, y no le decís todo. Si yo le decía capaz se asustaba y no me quería ver más. Eso era al principio: la gente se asustaba mucho. Hubo mucho tiempo de miedo. Cuando salí en libertad sentí que un plato volador me había dejado en un planeta equivocado. Dos años y medio después el país era totalmente distinto, la gente, la vida, el aire, el movimiento de la ciudad... era otro mundo, era el mundo del “de eso no se habla”. Fue tan difícil al principio, el día a día de estar afuera y remontar un montón de cosas, que me costaba recordar lo vivido antes de salir en libertad. Yo tenía un amor y cuando salí ya no estaba, y no estaría nunca más. No sabía cómo vivir en esa nueva y no querida realidad: escuchar al almacenero, al vecino, al verdulero decir: “Y, por algo habrá sido”. Es muy duro y era cosa de todos los días. Y no podías decir: “No señor, escúcheme, las cosas no son así”.
—Cuando era chico –retoma Sebastián– en la escuela a mí me dolía más escuchar que “con los milicos estábamos mejor”. Yo me callaba y no decía nada porque el mismo dolor me lo impedía. Son cosas difíciles de manejar. Creo que ahora cuando dicen esas cosas les da un poco de vergüenza, por más que las piensen. Se cambiaron algunas historias, el código es distinto ahora. Venimos de 30 años de lucha de los organismos de derechos humanos, algo se logró. Con los juicios se visibilizó el horror.
—También se han renovado las generaciones. Ahora estamos conociendo otra realidad, muy diferente por suerte. Pero tampoco veo, en general, mucho interés. Hay desinformación, desconocimiento, incluso en jóvenes que se acercan a la militancia. No veo que sea una causa de todos en esta democracia. Como que hay una generación que no es conciente de lo que se puede perder si se pierde la democracia.
—Como si esto siempre hubiera sido así.
—A veces veo que no se comprende que juzgar a los genocidas no es una cuestión personal de los que estuvimos directamente involucrados en la historia, que la dictadura nos robó la democracia a todos. Una vez mandé varios mails avisando que empezaba un juicio. Y algunos me contestaron: “¿Este juicio tiene algo que ver con vos?”. Les contesté: “Sí. Y con vos también”.
 
Publicada en Pausa #89, miércoles 14 de marzo de 2012

viernes, 23 de marzo de 2012

2012, un año de vacas flacas

Mientras baja la coparticipación, suben los gastos. El año empezó con conflictos gremiales y las cuentas públicas en rojo. La receta: reforma impositiva y emisión de letras del Tesoro.



Por Ezequiel Nieva



Con las cuentas públicas en rojo, la provincia encara un 2012 incierto. Si se toman como parámetro los dos primeros meses, será un año económico difícil. El comportamiento incierto de la recaudación, una inédita disminución en la coparticipación nacional y las negociaciones salariales obligaron al gobierno a salir en busca –por cuarta vez en lo que va de la gestión del Frente Progresista– de una reforma tributaria que ayude a “equilibrar” las cuentas. Al presupuesto de 34.000 millones de pesos, sancionado en noviembre por la Legislatura, el Ejecutivo deberá sumar los casi 3.000 millones que implica la política salarial de 2012.

El ejercicio 2011 cerró con 1.650 millones de déficit. En enero el gobierno echó mano al Fuco (Fondo Único de Cuentas Oficiales; en lenguaje vulgar, “la caja”) para pagar salarios. Con poca liquidez, la provincia desaceleró la obra pública. Si los docentes hubiesen aceptado el aumento del 21% –como hicieron los estatales de UPCN y ATE–, la política salarial hubiese insumido 2.700 millones de pesos más en un presupuesto anual de gastos de 33.789 millones; cualquier mejora para el sector, necesaria para destrabar un conflicto con seis días de paro en las primeras tres semanas de clases, engrosará esa cifra. En un año de vacas flacas, el Ejecutivo ya retocó alícuotas de Ingresos Brutos y avanza hacia la suba del impuesto Inmobiliario. También emitirá letras del Tesoro para cancelar obligaciones de urgencia.



La cuestión del gasto

Mientras la oposición machaca sobre el incremento del gasto, con especial énfasis en la estructura política, el gobernador Antonio Bonfatti gestiona en diferentes ámbitos las herramientas necesarias para mejorar los ingresos de la provincia. El inicio de su mandato estuvo signado por un fuerte debate sobre el gasto público. A la extendida polémica se sumaron sus dos antecesores, Jorge Obeid y Hermes Binner.

Cuando el ex mandatario justicialista entregó el mando al socialista, dejó 1.600 millones en caja; cuatro años después, Binner cerró con un déficit del mismo monto. Obeid lo explicó en los siguientes términos: “Mala gestión. Y no lo digo con alegría. Ojalá hubieran gestionado bien; la provincia no tendría que estar ahora viendo de dónde saca plata para pagar los sueldos o para seguir con la poca obra pública que está haciendo. El problema del socialismo es que llegaron al gobierno sin saber bien qué hacer; entonces se dedicaron a hacer lo que sugería el funcionario de turno y a gastar, gastar y gastar. La solución no es aumentar los impuestos sino controlar el gasto”.

Binner le retrucó: “Todo lo que se invirtió fue en cuestiones sociales”. Y le achacó a su antecesor la privatización del Banco de Santa Fe, que “le costó a los santafesinos mil millones de dólares”, según recordó. “Creo que no es en el derroche donde podemos encontrar las razones del déficit sino en la inversión en cuestiones sociales”. Dispuesto a seguir en el centro de la escena, Binner reiteró sus reclamos por la deuda previsional de la Nación con la provincia que, según indicó, supera los 8.000 millones. “Si la Nación quiere poner de rodillas a Santa Fe, por más fuerte que sea la provincia, la va a hacer doblegar”, vaticinó el socialista.



Principio de acuerdo

Con condiciones, el PJ parece dispuesto a conceder al gobierno de Bonfatti una reforma tributaria. El senador Alberto Crosetti, del departamento Belgrano, admitió que su sector no va a poner “palos en la rueda” si se discute una suba en el impuesto Inmobiliario Rural. El legislador opositor confirmó que hay predisposición para avanzar en la reforma, entre otros motivos, porque lo recaudado por ese tributo se coparticipa en un 50% a municipios y comunas. “Intendentes y presidentes comunales reclaman mayores ingresos porque no pueden gobernar en esta situación. Y sabemos que los recursos de la provincia son escasos”, sostuvo.

También José Baucero, senador por San Javier y jefe de uno de los dos bloques justicialistas, anticipó su aval: “El justicialismo está dispuesto a discutir. No es fácil hablar de la modificación de impuestos porque de una u otra manera eso impacta en la economía de los santafesinos. Es verdad que hay una situación económica difícil en el Ejecutivo, que para nosotros es producto de la mala administración de la gestión Binner. Hoy Bonfatti tiene que pagar las consecuencias, hacerse cargo de esta situación y, por ese motivo, tocar los impuestos”.

La única voz disidente fue la del representante del departamento Castellanos, Alcides Calvo, quien sostuvo que si no se achica primero el gasto no está dispuesto a votar un aumento de impuestos. El senador justicialista opinó que bajo el mandato de Binner el gasto creció en forma “desmedida”. “Dejó una provincia comprometida y endeudada”, dijo sobre el ex mandatario. “Es incomprensible el desmesurado incremento de gastos de funcionamiento, que deberá reducirse antes que cualquier aumento de impuestos”, exigió.



El cuarto intento

El borrador de la reforma tributaria contempla un aumento significativo del impuesto Inmobiliario Rural y una suba mucho menor del Inmobiliario Urbano. La idea del gobierno es consensuar el proyecto con el PJ, que controla las dos cámaras, antes de remitir el texto final. El Inmobiliario representó en 2011 el 7% de la recaudación tributaria provincial, cuando en 2003 fue el 30%.

“La intención es consensuar”, explicó el radical Rodrigo Borla, senador por el departamento San Justo. “No queremos que vuelva a ocurrir lo mismo que en 2008 y 2009, cuando la oposición planteó el no a la reforma tributaria porque era un impuestazo y cuando aumentó el impuesto Inmobiliario (en 2010) fue lineal para todo el mundo: eso terminó siendo un impuestazo que perjudicó al ciudadano en forma directa para cubrir a muchas empresas, como las aceiteras. La actualización busca lo que venimos planteando hace cuatro años: que el que más tenga más pague y el que menos tenga menos pague”.

De sancionarse la reforma, el mayor beneficio será para municipios y comunas, ya que el impuesto Inmobiliario se coparticipa en un 50%. “Esta reforma significaría para la provincia 1.000 millones de pesos cuando el aumento salarial va a significar casi 3.000 millones de pesos. Y para municipios y comunas esta actualización significará unos 450 millones. El mayor efecto económico es para las comunas y las ciudades, fundamentalmente las más pequeñas”.

Será el cuarto intento de reforma en cuatro años: dos fueron rechazadas por los senadores del PJ, en 2008 y 2009; la otra se sancionó en forma acotada para constituir un fondo salarial especial, a principios de 2010, y solo consistió en una actualización del Inmobiliario. El punto de conflicto, otra vez, será el intento del gobierno de aplicar Ingresos Brutos a dos rubros de la economía que siguen exentos desde los 90: las constructoras, si su facturación anual superior al millón y medio de pesos más IVA, y las aceiteras, unas “15 o 16 megaempresas”, según Borla. En ambos casos, la alícuota sería diferencial: un 2%.

El proyecto incluye una mayor tasa de Ingresos Brutos para el sector financiero. La industria –en todas sus ramas– y la producción primaria seguirán exentas. “La idea es que no haya un efecto cascada al consumidor”, añadió el legislador oficialista. Las exenciones vigentes, en el sector industrial, representan unos 2.900 millones al año. El cálculo lo hizo Claudio Leoni, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales, uno de los sectores que no acordó aún su política salarial. De eliminarse esas exenciones bastaría para que la provincia mejore su propuesta salarial, pero la coyuntura económica y la triple negativa del PJ convencieron a Bonfatti de no avanzar en ese sentido.



Letras y retoques

En enero Bonfatti retocó las alícuotas de Ingresos Brutos a tres servicios vinculados a la producción rural: fumigación, roturación y siembra y cosecha de cultivos. Esas actividades comenzaron a tributar un 3,5% en lugar de la alícuota diferencial del 2,5%. También en enero se actualizaron las tasas que pagan las empresas más importantes. Los contribuyentes con ingresos de 30 a 40 millones anuales tributan ahora un 3,8% y, a partir de los 40 millones, un 4,2%.

Para los legisladores de 100% Santafesino, el “impuestazo” es inconstitucional. Así lo definió la presidenta de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, Marcela Aeberhard, quien sostuvo que el decreto 200/12 “está fuera de las normativas que regulan las políticas impositivas”. “No caben duda que una alícuota básica superior al 3,6% no tiene asidero legal y mucho menos constitucional. El decreto es nulo desde su origen. Existe un tremendo malestar entre los empresarios y comerciantes de la provincia que van a trasladar el problema de la suba en la cadena de elaboración a cada una de sus instancias, incluido el consumidor común”.

Desde la fuerza que lidera Oscar Martínez argumentan que Santa Fe adhirió a la ley nacional 23.548 de coparticipación federal, que establece los lineamientos básicos del impuesto a los Ingresos Brutos. La norma obliga a las provincias a una “armonización tributaria sin que ello implique un avasallamiento de sus potestades”. Al modificarse la ley, promulgada en diciembre de 1993, se estableció la alícuota básica del 3% y se añadió una autorización a los Ejecutivos provinciales para que puedan incrementar la alícuota hasta un 20%. Así, el gobierno no puede fijar tasar superiores al 3,6% sin autorización legislativa.

En paralelo a la “actualización” tributaria, la provincia emitirá letras del Tesoro por unos 800 millones, a un plazo de entre 45 y 60 días, para financiar obligaciones a corto plazo. Para ello, el Ministerio de Economía deberá conseguir autorización de las cámaras legislativas. El objetivo del gobierno es lograr liquidez para afrontar compromisos, por lo menos, hasta mayo, cuando la liquidación del impuesto a las Ganancias engrose los montos girados por la Nación a las provincias.

En el Ministerio de Economía sorprendió mal la disminución de la coparticipación nacional en febrero, luego de que la cifra de enero –tal como ocurrió en los últimos dos años– superara la inicialmente presupuestada. Mientras que en enero los ingresos, tanto provinciales como nacionales, estuvieron por encima de lo previsto en el presupuesto 2012, en febrero cayó abruptamente la coparticipación federal. “Recibimos unos 60 millones menos de lo presupuestado, lo cual nos desconcertó porque la recaudación provincial estuvo por encima de lo previsto y la base es la misma, la actividad económica”, explicó el ministro Ángel Sciara.



Publicada en Pausa #89, miércoles 14 de marzo de 2012

jueves, 22 de marzo de 2012

Casa Cuna: radiografía de una lucha diaria

El hogar, con problemas presupuestarios. El retraso en el pago de salarios y las dificultades para mantener un edificio de 1935 que presta servicio a los más indefensos: los niños.

Por Ileana Manucci

El antiguo edificio que se levanta imponente en la esquina de San Juan y Primera Junta aparenta ser frío, un tanto lúgubre quizás. Pero basta tocar el timbre, y que las puertas se abran, para que el grito de los niños correteando y jugando por el lugar borren aquella primera impresión.
El Hogar Casa Cuna “Atanasia H. de Durán”, que funciona allí, intenta desde hace 77 años brindar atención integral a la infancia en riesgo social, favoreciendo su crecimiento y desarrollo, siendo un lugar transitorio para el alojamiento de los pequeños en esta situación.
Casa Cuna tiene en este momento a 20 niños y niñas internos y a cuatro en el Centro de Día, modalidad que se aplica desde 1997 y que busca colaborar con aquellas familias que, durante el día y principalmente por cuestiones laborales, no pueden ocuparse de sus hijos. Los recursos para mantener la infraestructura del hogar provienen de diferentes sectores: el aporte más significativo es el de los socios –aproximadamente 8.000–, otra buena parte proviene de los diversos actos y eventos de beneficencia y una tercera partida la reciben de la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, con quien la institución tiene un convenio.
A fines del año pasado tomó estado público un reclamo del personal de Casa Cuna por un atraso en los salarios. “Lo que pasó”, explica Stella Ferreira, miembro de la Comisión Directiva, “fue que  el año pasado hubo demoras con la llegada del dinero de la Subsecretaría que se destina a los sueldos, situación que ya está normalizada. A las demoras en el pago, se sumó la bajante que tenemos siempre de las cuotas societarias a fin y principio de año, cuando las familias destinan ese dinero a otras cosas, lo que hizo que la situación se complicara un poco. Y Casa Cuna es muy grande, son muchos chicos a los que se les debe dar atención desde que se levantan hasta que se acuestan, y hay personal que tiene que estar con ellos las 24 horas”.
Según declaraciones realizadas en diciembre, los trabajadores entienden que es el Estado provincial el que debería hacerse cargo de los sueldos, ya que en el hogar se atiende a niños derivados por la Subsecretaría. De todas maneras, el personal señaló que no estima realizar paros como forma de protesta, ya que consideran que no pueden dejar sin atención las necesidades de los niños.
Al problema de los salarios se sumaron también los problemas edilicios, siempre presentes en un lugar que data de principios del siglo XX y que tras las inundaciones sufridas en la ciudad vio acelerado su deterioro.
—¿Cómo está el edificio?
—Acá siempre tenemos problemas, con los techos, los baños, las paredes, las cuales comenzamos a sentir movimientos luego de la inundación –cuenta la directora del hogar, Norma Ferreyra–. Es un edificio viejo, del año 1935, que requiere mucho mantenimiento y no tenemos un fondo disponible para este tipo de cosas. El año pasado, con estas complicaciones económicas de las que hablábamos, fue difícil hacer arreglos importantes, como por ejemplo un problema en el techo de la habitación donde duermen los niños más chicos, que tenía baldosas de barro cocido que estaban muy deterioradas, lo que representaba un riesgo para los niños que se encontraban en ese lugar. Así que salimos a pedir ayuda a la comunidad y después de tanto andar logramos que la municipalidad nos diera la mano de obra y una revista de arquitectura los materiales más elementales, como para salir del paso. Igual es una obra que aún no está terminada. La realidad es que no hay plata, la Municipalidad nos dice que nos puede dar la mano de obra pero nada más, no conseguimos quien pueda comprar el material para la finalización de los trabajos.
—El edificio fue declarado Monumento Histórico Provincial en el gobierno de Jorge Obeid –agrega Stella– pero no recibimos ninguna ayuda específica para tratar la preservación del mismo. En el gobierno municipal anterior se arreglaron todas las veredas de afuera, pero el problema mayor está acá adentro.
Esta situación provocó que los más pequeños del hogar de entre uno y seis años debieran ser trasladados a otro sector del edificio, que primeramente fue la capilla, aunque las altas temperaturas del verano hicieron que fuera imposible mantenerlos allí, por lo que tuvieron que ser reubicados en la habitación donde están las chicas más grandes, “que no es lo ideal, porque necesitan más intimidad, pero no tuvimos alternativa”, remarcan las autoridades.
Las edades de los pequeños alojados en el hogar deberían ser de entre uno y siete años, pero en este momento ese límite máximo de edad se ha elevado casi hasta los 13. Norma Ferreyra puntualiza que esos casos se dan, más que nada, porque no se quiere separar a grupos de hermanos que ingresan a la institución. “Los chicos que ingresan al hogar son niños que están en situación de riesgo social”, dice Norma. “Esto lo determina la Subsecretaría, que es la que interviene ante la denuncia de una escuela, de un vecino, o porque el chico esta prácticamente viviendo en la calle. Lo primero que ellos buscan es ver si estos niños pueden volver con sus familias de origen, reinsertarlos en el núcleo familiar o con alguien allegado; y en caso de que eso no se logre, el niño es derivado a Casa Cuna o a otro hogar”.
—¿Cuál es el trabajo que ustedes realizan aquí?
—Acá lo que se busca es darle al niño una solución inmediata, realizando un trabajo en conjunto con la Subsecretaría y con los equipos interdiciplinarios que se encuentran en los barrios y que realizan los acercamientos con las familias, viendo qué se puede hacer con las criaturas. Lo ideal es que el chico no permanezca mucho tiempo acá, deberían ser 30 días, o 90 como máximo, pero a veces hay casos muy complicados y la verdad es que esos plazos nunca se cumplen. Es muy difícil que en ese corto tiempo se puedan resolver situaciones que en su mayoría son complejas. Tenemos chicos que hace 5 años que están acá, nunca se fue uno a los 3 meses de ingresar. Todos estos niños tienen sus familias y siempre se lucha para que vuelvan con ellas, pero cuando las asistentes sociales ven que eso no es posible se pasa a otra instancia, que puede terminar en la adopción.
—¿Qué importancia tiene el aporte de la comunidad para mantener Casa Cuna?
—Una importancia enorme, invaluable. En este sentido queremos destacar la labor y el acompañamiento de las familias colaboradoras, que se acercan y se relacionan con los chicos como si fueran de sus familias. Los llevan de vacaciones, les festejan los cumpleaños, van a los actos de la escuela; cumplen una función muy importante para que no se sientan solos o abandonos. Por todo esto es que siempre necesitamos la colaboración de la comunidad, tanto para acompañar a los pequeños como para mantener el hogar. Gracias a ellos es que el año pasado logramos juntar dinero para cambiarle la cara a todo el patio, para que los chicos tengan un lindo lugar al aire libre y puedan sentirse como en el patio de su casa. También pudimos hacer reformas en la sala comedor, donde se cambiaron las cortinas y se pintó todo de nuevo; y armamos una completa sala de computación gracias a una importante donación de una empresa de cable. Siempre faltan cosas por hacer, pero vamos de a poco, de acuerdo a las posibilidades del momento.

Publicada en Pausa #89, miércoles 14 de marzo de 2012

martes, 20 de marzo de 2012

La bicicleta también es tráfico

Masa Crítica: un colectivo de ciclistas radicado en varias ciudades del país llegó a Santa Fe. Una propuesta para que la circulación por las calles sea menos violenta y contaminante.


Por Marcela Perticarari



Antes de arrancar se armó la charla con varios que tenían ganas de contar sus historias y la de sus fieles acompañantes, como Leandro, que consiguió su auténtica Aurorita plegable en un remate. Las expectativas se palpaban en el aire caliente de verano. Algunas se cumplieron: media docena de insultos de diferente calibre, ocho bocinazos –algunos aprobando, otros pidiendo que las bicis se corran del paso– y tres pibes que se sumaron en el camino. Así avanzó Masa Crítica por segunda vez en el año, en dos ruedas, a lo largo de la Costanera santafesina, tras partir de la Estación Belgrano para llegar a la plaza Padre Trucco, frente a la Basílica de Guadalupe. Fue el sábado 3 de marzo a las 18 hs, cuando una veintena de ciudadanos se juntaron –convocados a través de un grupo de facebook y del boca en boca– para ir en sus bicicletas y difundir sus premisas: “usá la bici todos los días, celebralo una vez al mes” y “no bloqueamos el tráfico, somos tráfico”.

En sociología, se utiliza el concepto de masa crítica para designar actividades colectivas que, una vez que rebasan un nivel mínimo de participación, se vuelven autosostenidas. Así, la Masa Crítica recorre las calles de la ciudad promoviendo el uso de la bicicleta como un medio de transporte económico, ecológico y saludable, que exige respeto por parte de los otros actores del tránsito. Se trata de un paseo, donde las bicicletas se mueven en masa ocupando el ancho de la calle, generando un tránsito más tranquilo, donde los ciclistas marcan el ritmo.

Los integrantes del grupo afirman no se trata de una organización sino de “una coincidencia no organizada, un movimiento de bicicletas en las calles, un paseo mensual para celebrar el ciclismo y para afirmar los derechos del ciclista en las calles”.



Pedaleá que es carnaval

El impulsor del grupo en Santa Fe, Ignacio Garategui, contó que “en nuestro país, Masa Crítica arrancó con ocho personas en Capital que buscaban fomentar el uso de la bicicleta. Muchos se mueven en bici y queremos lograr ser parte del tráfico, de lo contrario no nos respetan. El tráfico es colectivo, de todos y cada uno, pero en realidad rige la ley de la selva”.

Otro de los organizadores de la movida, Hugo Cáceres, se mostró conforme al concluir el segundo encuentro: “Fue lindo porque de a poquito vamos sumando más gente que le gusta salir a pasear y disfrutar de una tarde entre amigos. Para la próxima esperamos contar un grupo grande y poder hacer, más adelante, una petición a las autoridades locales para que se respete más a los ciclistas. Cuando veníamos por la Costanera vimos las sendas para bicis obstaculizadas por otros vehículos, y a algunos automovilistas no les gusta que circulen las bicicletas ocupando un carril, como si la avenida fuera solamente para los autos. Todos los días voy a trabajar en bicicleta y mi trayecto parece un videojuego donde me tengo que cuidar de los autos, los camiones y los peatones. Es una lucha diaria, por eso queremos salir a pasear tranquilos y sentirnos seguros”, concluyó Hugo.

La iniciativa Masa Crítica, que arrancó en 1992 y tiene sus émulas en Brasil, Chile, México, Colombia, Estados Unidos, España, Francia e Italia, también tiene sus réplicas a nivel nacional: Resistencia, Rosario, Capital y La Plata se suman a la movida con algunas variantes. Por ejemplo, las masas nocturnas en La Plata ocurren el tercer sábado de cada mes desde las 19 hs. Los ciclistas llevan luces o ropa de colores claros para ser vistos fácilmente.



50 kilómetros de ilusiones

La Asociación de Ciclistas Urbanos, con sede en Buenos Aires, sostiene que “si el diseño de calles y rutas contemplara desde su concepción el paso de los posibles usuarios, y las políticas de tránsito promovieran sistemas de transporte de bajo impacto, circular en bici sería mucho más placentero y seguro. Y muchas veces resultaría innecesaria la infraestructura cicloviaria. La pacificación del tránsito resulta la principal medida a favor de la integración ciclista a la trama viaria, entendiendo por ello a la reducción forzada de la cantidad de automotores privados y de sus velocidades de circulación. Reducción que genera menos peligro, contaminación y congestión, beneficiando al tránsito ciclista independientemente de la construcción de infraestructuras ciclistas”.

En su artículo 5, la Ley Nacional de Tránsito y Seguridad N° 24.449 –sancionada en 1994– y su modificatoria Nº 25.965, define a la bicicleta como “vehículo de dos ruedas que es propulsado por mecanismos con el esfuerzo de quien lo utiliza, pudiendo ser múltiple de hasta cuatro ruedas alineadas”, y a las ciclovías como “carriles diferenciados para el desplazamiento de bicicletas o vehículo similar no motorizado, físicamente separados de los otros carriles de circulación, mediante construcciones permanentes”. Según el artículo 46 bis de la Ley de Tránsito, “las autoridades competentes promoverán la planificación y construcción de una red de ciclovías o sendas especiales para la circulación de bicicletas y similares cuyos conductores estarán obligados a utilizarlas”.

Lo cierto es que las ciclovías santafesinas no son un lecho de rosas para quienes se mueven en dos ruedas. Ideadas para que los ciclistas se muevan a lo largo y ancho de la ciudad evitando los inconvenientes del tráfico automovilístico, ya no son novedad los casos de robo de rodados y otras pertenencias, las motos que circulan por ellas o el pésimo estado en el que se encuentran. Si bien suelen renovarse las luminarias que las flanquean, desde que se inauguraron las cintas asfálticas recibieron mantenimientos muy poco durables.

En septiembre de 2010, quien era el subsecretario de Transporte del municipio, Sergio Ludueña, declaró: “Estamos analizando varios proyectos que consideran las bicisendas por canteros centrales de avenidas, compartiendo calzadas, dentro de trazas ferroviarias y por veredas, en los tramos que lo permitan. Una de las prioridades es construir una vía paralela al puerto, bordeando las avenidas 27 de Febrero y Alem. Además, se incluirán en Blas Parera y en Aristóbulo del Valle, entre otras, para que los ciclistas puedan acceder a una y desplazarse por toda la red”. En ese sentido, detalló que la proyección alcanzaba 50 kilómetros de nuevas vías para ciclistas.

Desde entonces nada se concretó. La ciudad cuenta con las ciclovías del Parque Federal (que, de forma muy precaria, continúa hacia el norte por la vía hasta Facundo Zuviría), de la línea del antiguo ferrocarril Belgrano, la que las une, la de Costanera Este y la que lleva a Ciudad Universitaria. En días pasados –durante la inauguración del periodo ordinario de sesiones del Concejo Municipal– el intendente José Corral prometió fortalecer la red cicloviaria de la ciudad.

La Asociación de Ciclistas Urbanos advierte que “la construcción de vías ciclistas debe valorarse ajustadamente dentro de las acciones de promoción de la bicicleta como medio de transporte. Promoción que un enfoque sistémico no basaría solo en la oferta de infraestructura, sino que tendría en cuenta el contexto social en el que se decidirá utilizar la bici. Toda política de fomento al ciclismo urbano debería constar de una planificación que contemple los aspectos educativos, culturales y normativos que condicionan la actividad, conteniendo sus premisas ingenieriles. El plan debe tener presupuesto y prever tanto la participación ciudadana como la evaluación de resultados”.

Las intenciones y la participación circulan en Santa Fe. Esperan al presupuesto y la planificación, que pedalean más lento.



El próximo en Santa Fe

Los interesados en sumarse a Masa Crítica pueden concurrir el sábado 7 de abril, a partir de las 16 hs, a la Estación Belgrano. El recorrido será similar a los anteriores. Para encontrarlos vía facebook, buscar “Masa Crítica Santa Fe”.


Publicada en Pausa #89, miércoles 14 de marzo de 2012

lunes, 19 de marzo de 2012

¿Y si la cosa funciona?

Por Adrián Brecha



¿Cómo anda lector? ¡Otro año nos encuentra en Pausa!

Esta columna puede generarle alguna expectativa, puede dudar en leerla pero, una vez concluida, se preguntará “¿Para qué la leí?”.

Llego marzo, las vacaciones son un triste recuerdo. Comienzan las clases y los clásicos debates... Que sí, que no. Que esta es la última propuesta. ¡Ojo!, que te hago la doble Nelson y desempolvo el presentismo. Tomala vos, dámela a mí. Y vuelve a sonar “Te quiero tanto”, ese hit que nos dio Sergio Denis. Si Sadaic se avivara y cobrara regalías por cada marcha, acto o repudio en el que suena, Sergio nunca se hubiera deprimido.

A nuestro sueldo le sobran días y con Roca ya no hay problemas de cambio, ni siquiera en una telecentro. Pagar un taxi con un cien no genera cara de pocos amigos en el conductor. Hay que caminar más, volver a la bicicleta y ayudar al planeta. En el fondo, la suba de precios en el transporte, la energía, etc. son medidas de tinte ecológico a evitar mayor polución y reducir el consumo de recursos no renovables. Hay precios que son saludables: evitar el consumo de carnes, baja el colesterol. Menos colesterol, menos infartos, menos gasto en el sistema de salud.

Tenemos que cambiar nuestra perspectiva, ver las cosas con otros ojos. Sonreírle a la vida, no tenemos problemas. Tenemos oportunidades para pensar diferente.

El sistema eléctrico colapsa, no hay split o ventilador que nos socorra. ¿Que hacemos? ¿Nos indignamos?

En absoluto, es una hermosa oportunidad para abandonar el ciberespacio y volver a la lectura. Una cena a la luz de las velas, abanicos de papeles con toda la familia o baños cual náufrago en el patio, los pies en la tierra para conectarse con el universo.

Si no logra entender el concepto, un ejemplo. Una noche comienza a llover, copiosamente. Observa el agua ingresando a su hogar. ¿Cuál es la salida? Esta situación es una oportunidad para convertirse en un Adrián Paenza casero y explicarle a su hijo/a, vecino/a o familiar el principio de los vasos comunicantes: “si se tienen dos recipientes comunicados y se vierte un líquido en uno de ellos éste se distribuirá entre ambos de tal modo que, independientemente de sus capacidades, el nivel de líquido en uno y otro recipiente sea el mismo” Voilá, sonría el Estado te ama.

Para vivir mejor hace falta más Claudio María Domínguez y menos Pagani. Más propuestas y menos palos en la rueda.

Publicado en Pausa #89, miércoles 16 de marzo de 2012

miércoles, 14 de marzo de 2012

Ya salió Pausa #89

Desde hoy, miércoles 14 de marzo, está en la calle una nueva edición de Pausa –la primera de 2012–, el periódico quincenal de Santa Fe. En este número la nota de tapa es sobre las cuentas públicas. La provincia, obligada a mejorar la propuesta salarial a los docentes y de cara a un año de desaceleración del crecimiento –y, por ello, de la recaudación–, apura dos proyectos que prometen arduo debate legislativo: una reforma tributaria –que contempla subas del Inmobiliario Rural y Urbano y la aplicación de Ingresos Brutos a aceiteras y constructoras– y la emisión de letras del Tesoro para cancelar obligaciones en el corto plazo.

Además: Una revisión a fondo de los pasos dados por la provincia en razón de la crisis energética. Los cortes de luz que azotaron las ciudades devinieron en creación de una comisión provincial y un consejo nacional para tratar el tema. Los grandes consumidores, los subsidios, la explotación de recursos propios y renovables y otros temas en un exhaustivo informe.

También: una entrevista a Cecilia Mazzetti y Sebastián Suárez, la historia de una familia a 36 años del golpe de Estado.
Un informe sobre Masa Crítica Santa Fe: la movida global de ciclistas que llegó a la ciudad este verano. Una propuesta para que la circulación por las calles sea menos violenta y contaminante.
La situación de Casa Cuna: con 77 años de trayectoria dedicada a la infancia en riesgo social, hoy cuenta con equipos interdisciplinarios de atención para los niños y niñas que cobija. Los problemas edilicios, las dificultades presupuestarias, los problemas en el pago de salarios y los proyectos de la tradicional institución santafesina.
Toda la actualidad de Parteplaneta en una nota al Tano Farelli.
Un nuevo capítulo de nuestro cronista viajero Francisco Tamagnini, el trotamundos de Pausa que por cuarto año consecutivo nos contará sus historias (esta vez, junto al enano Werner).
Y como siempre: humor, música, cine, noticias, deportes y mucho más...

Pausa se consigue en kioscos de diarios y revistas de Santa Fe a 5 pesos.
Próxima edición: miércoles 28 de marzo.

Para suscribirte, mandá un mail a pausadigital@gmail.com con tus datos:
Nombre, dirección, teléfono y horarios en los que te encontramos.
Vas a poder recibir, cada 15 días, el periódico en tu casa.

martes, 13 de marzo de 2012

El regreso de Pausa, versión 2012

Desde mañana, miércoles 14 de marzo, el periódico Pausa de la ciudad de Santa Fe retoma sus habituales ediciones quincenales.


Arrancamos 2012 con proyectos nuevos y objetivos claros: ampliaremos la zona de circulación –incluyendo Santo Tomé– y buscaremos crecer en cantidad de páginas y en variedad de temas.

Pero, más allá de las novedades, seguiremos en la línea que trazamos cuatro años atrás, cuando decidimos sacar a la calle un nuevo medio impreso: seriedad, información rigurosa y una presentación prolija y moderna.



El periódico propone sumar voces y miradas en la discusión pública y, a la vez, reflejar en todos sus matices la realidad de la ciudad, la región y el país: tanto la coyuntura urgente como aquellos temas que no son tratados en profundidad en las publicaciones diarias.

Estamos convencidos de que la pluralidad de posiciones debe tener su correlato en el universo de los medios de comunicación. Esa pluralidad nos enriquece como sociedad, por eso confiamos en contar el apoyo de nuestros lectores y de todos aquellos que aún no se sumaron. En Pausa encontrarán un nuevo canal por el cual expresar inquietudes y opiniones y, a la vez, conocer más a fondo algunas problemáticas de actualidad.



Desde el miércoles 14 de marzo, Pausa está de regreso en los kioscos de Santa Fe. Próximamente, Santo Tomé.

Para sucribirte, mandá tus datos (nombre, dirección, teléfono) a pausadigital@gmail.com y vas recibir el periódico en tu casa cada quince días.

lunes, 5 de marzo de 2012

Entrega de la matrícula cooperativa a Dypsa



Un video que resume la jornada “La economía solidaria y los nuevos medios”, realizada el miércoles 29 de febrero en Santa Fe, en la cual el Inaes entregó a Dypsa (Diarios y Periódicos de Santa Fe, de la cual Pausa forma parte junto a una decena de pequeños y medianos medios de la provincia) su matrícula de cooperativa. Un paso importante que nos permitirá, como dice Carlos Lucero, presidente de Dypsa, empezar a “gestionar seriamente cuestiones que tienen que ver con la infraestructura que necesitamos para poder ser competitivos en el mercado”. Arranca una nueva etapa y vamos por más.