lunes, 31 de diciembre de 2012

Quiero verte bailar


ANUARIO 2012
Por Alejandro David

“Necesito alguien que me emparche un poco y que limpie mi cabeza” dijo Charly en Sui año 72, en su primer álbum, Vida. Todas las noches son creaciones únicas y espontáneas de la bohemia, latiendo en todos para emparchar un poco el alma magullada. En cada una de las noches del Emparche nos movimos al ritmo de tambores primales, rendidos al embrujo de una danza originaria y aprendida al instante. Y ya no está más el otro. El otro soy yo como vos. Bailando sin vergüenza y moviendo el porrón en una coreografía ensayada para continuar… sin desafinar.



Los últimos 13 jueves del año participé de una ceremonia. Espero se instale para siempre. Una idea grande como el Colgante sobre nuestra brillante Setúbal, o el liso frío y bien tirado. Un alfajor casero y dulce feliz. Y la música. Santa Música: el Emparche. Acompaña y acampa. ¡Santa ciudad de la música! Adoro mis viajes en bici por el empedrado del Physical Graffiti del litoral, con la radio aleatoria de mi tracklist sonando fuerte y agitándome, pedaleando mucho en la noche prematura para no perderme nada, imaginando que el Emparche ya empezó, con Ekaterina pintando en las paredes del Marconetti mientras Angelini alimenta a los monos. Suena el jazz de New Orleans en la viola de Seba López, apoyado en golpes percusivos de cafeteras vacías y utensilios de cocina que suenan empatados con los envases de porrón y las cañas sobre rocas. Improvisa y gana. El candombe y el folclore unidos todos por una idea central: ¡vamos a bailar! Hip hop y chacarera. Toda la familia baila todo. No hay excusas. Con barro y en óptimas condiciones el trance no se detiene. Una cumbia colombiana que brilla en la performance de Karol Bayer o una estrofa-regalo de Hermeto Pascoal (Brasil profundo) sin pausa y con pitos y matracas, en los teclados de Rodríguez Kess. Todo es. Sentimos al unísono. Piccioni prestidigita un cambio que entienden todos. Un esfuerzo de grandes personas que contagian y muestran un camino a seguir con su apuesta corporal de las ideas.
Unísono. Diecinueve músicos en escena con invitados y sus propuestas musicales batiendo sus parches y los baleros de miles de santafesinos, emparchando nuestra necesidad de amor y arte con ese espíritu de gratitud al momento de la conexión colectiva divina. Provocando alegría. El jueves final con el Negro Aguirre y Francisco Lo Vuolo cerró el concepto fraternal y de ritual mezclado con celebración. Una salida perfecta para este año que se descubrió solo y en el fin. En definitiva la belleza está en todas partes, sólo resta buscarla en nuestro adentro. ¡Quiero verte después!

Publicado en Pausa #108, disponible en los kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.





2 comentarios:

Abogados en Colombia dijo...

que buen espacio, muchos éxitos.

Implantes Dentales dijo...

me encanta este relato, saludos.