viernes, 4 de mayo de 2012

Amor, risa y muerte


Entrevista a las actrices de La penúltima oportunidad, la obra de la Comedia de la UNL.

Por Marina Ramayo

Dirigida y escrita por Rafael Bruza, el sábado se presentará nuevamente a las 22:00, en la Sala Maggi del Foro Cultural Universitario, La penúltima oportunidad. La obra plantea la relación entre dos amigas enfrentadas por un hombre, ese enfrentamiento las persigue aun después de su muerte, en el cementerio. Las dos actrices que se lucen también son amigas, por suerte sin ese enfrentamiento: Cristina Pagnanelli y Silvana Montemurri. Desde Pausa conversamos con ellas:
—¿Cómo son los personajes de esta obra?
—Silvana: El título es bastante sugerente. Es una obra sobre dos amigas que han peleado toda la vida por la misma historia, un hombre en común. Y se encuentran en el más allá porque este hombre ha partido y ellas lo siguen; entonces, sigue la contienda. Son muy parecidas y tienen una relación simbiótica (lo dicen y está plasmado en el vestuario). Han estado prácticamente toda la vida y toda la muerte juntas, peleándose.
—Cristina: Compartiendo y compitiendo. En la vida pero también en la muerte.
—Silvana: Rivales y víctimas del mismo tipo. Es muy interesante, es una comedia de humor negro en la que te divertís mucho, el texto es muy rico y además plantea muchas otras cosas, incógnitas teológicas, la fe, por ejemplo. ¿Cómo le va a la que tiene fe y cómo a la otra? El tiempo. ¿Quién es el que va a resolver todo ésto? El tiempo. O no, o sí. El tiempo es lo que mide.
—Cristina: ¿Cómo medimos el tiempo? ¿Cómo reconocemos el paso del tiempo? Y aparece Dios… Uno se divierte haciéndola y la respuesta del público ha sido muy buena.
—Silvana: Tiene una escenografía muy linda que hizo Mario Pascullo. Nos da mucho placer, es una obra que se disfruta haciéndola. Es también un desafío porque somos sólo dos personas y dos personajes sosteniendo la escena todo el tiempo y tenés un parlamento extenso. Pero muy interesante. La gente por lo general te dice “Qué rápido se pasó”.
—Cristina: Para nosotros es una experiencia muy linda. Es una obra que Rafael nos había propuesto hacer unos años atrás pero él ya estaba en Buenos Aires y se complicaba la dirección. Cuando le proponen dirigir la Comedia Universitaria dijo que tenía esta obra y que quería hacerla con nosotras. Aprobaron el proyecto, nos convocó y dijimos que sí. Ya la habíamos leído, ya conocíamos el texto, nosotras ya nos conocíamos y habíamos trabajado con Rafael, nos parecía un buen equipo para encararla.
—Silvana: Aparte, es importante conocerse bien con quién vas a odiar.
—¿Cómo es la construcción de una obra cuando hay sólo dos personajes?
—Cristina: Se va generando un poco en función del trabajo mutuo, un poco a propuesta del director, y de ir encontrando formas de vínculo. Hemos tenido experiencias anteriores en teatro, nos conocemos, sabemos cómo funcionamos, desde dónde parte cada una. Eso ha facilitado este vínculo. A la vez está el vínculo entre los personajes, la propuesta que hacen los personajes. En este caso, el vínculo entre las dos es fuertísimo porque hay una relación de amor-odio y eso hace que se pueda establecer muy bien.
—La pregunta trillada, si bien la obra es una comedia dramática, pero ¿cómo les resulta llevar adelante una comedia como contrapartida de la trama dramática?
—Silvana: Cristina tiene un rasgo más marcado por la veta dramática y acá se luce mucho la cosa cómica en ella. Yo, que tengo una cosa más dominante, en algún punto estoy más sometida en esta obra, un poco bajo el ala de Cristina. Esto es un poroto a favor del director y los actores.
—Cristina: Hay que transitar distintos carriles entre lo dramático y lo cómico. De todas maneras, no es fácil provocar la risa en el espectador. Es complejo. No es cuestión de decir “Hacemos un chiste”. Sobre todo por cómo está planteada esta obra, cada chiste tiene una profundidad temática.
—Silvana: Está rigurosamente escrito. Y, después, la reacción de la gente que es de todos los colores. Entonces, te encontrás con eso que yo amo del teatro, esa posibilidad dinámica que es el instante. Porque al siguiente la cosa cambió, yo soy otra cosa, vos sos otro y hay otros al lado. La obra nunca es la misma.
—Cristina: No todos los públicos son los mismos, no todos reaccionan de la misma manera. Y esas reacciones distintas también a una la modifican.
—¿Cómo es la percepción de esa reacción estando ustedes en escena?
—Silvana: Es algo que sentís, pero después te das cuenta. Lo percibís.
—Cristina: Uno trata de no reflejar lo que no corresponde, que no interfiera para el personaje, pero percibe todo.
—¿Tienen alguna práctica de concentración?
—Cristina: Normalmente repasamos el texto mientras nos cambiamos y maquillamos. Recorremos el espacio, vemos que esté todo. Y están las cábalas de antes de salir, “¡Mierda!”, “Fuerza”, “Energía”. Sobre todo porque somos dos. Es estar segura de que está todo en orden, que lo que uno está haciendo está bien o de acuerdo a lo que pretende. De todas maneras los nervios siempre están esos minutos previos a la salida…
—Silvana: Para mí la concentración en ese momento es estar sentadas las dos, tranquilas, repasando la letra. No tengo necesidad de estar sola en un lugar con la luz apagada y los pies arriba.
—¿Qué es lo que a ustedes las moviliza de esta obra?
—Silvana: Esta historia que plantea Bruza de la ruedita sin fin y lo de la penúltima oportunidad, es esa cosa del amor. El amor como que no tiene fin, no tiene fin la búsqueda del amor. Estamos permanentemente buscándolo todos y siempre hay otra oportunidad, aun más allá de la vida. Hay un mensaje reparador. Está bueno hacer la obra.
—Cristina: A medida que uno la va haciendo le va encontrando nuevas cosas al texto. Revisándolo, cuando lo volvemos a decir o durante la presentación. Es la posibilidad que tiene el teatro, la de ir modificando cosas cuando uno ve que pueden ir mejor. En cambio, el cine cuando lo hiciste ya está.
—Silvana: Además acá nos estamos riendo de personas muertas, de historias teológicas, de cosas que no nos podemos reír. Pero las ponemos sobre el tapete y las vemos desde otra dimensión, alivianando el peso y pasando las facturas que se pasan desde que se conocían; ahora desde la cotidianeidad del nuevo espacio donde están. Surge el “¿Cuánto hace que estamos acá?”, “No sé, acá el tiempo vuela”. ¿Qué significado puede tener el tiempo para los muertos? Ahí ya no te podés reír, no es todo carcajadas. Más allá de ellas está Dios, sólo él, esa relación que las va a conducir.
—Cristina: Aparece la pregunta de qué satisfacciones pueden tener los muertos. Aparecen situaciones jocosas, risueñas y al mismo tiempo estas cosas que te paran.
La penúltima oportunidad se presentará nuevamente en la Sala Maggi del Foro Cultural Universitario (9 de Julio 2150) este sábado 28 de abril a las 22:00 y luego el 19 y el 26 de mayo.

Ficha técnica

Comedia de la UNL
Producción 2011

Elenco: Silvana Montemurri, Cristina Pagnanelli
Escenografía e iluminación: Mario Pascullo
Música: Hugo Druetta
Dirección de vestuario y arte: Osvaldo Pettinari
Realización y entrenamiento de objetos de animación: Javier Saavedra
Asistencia de dirección y producción: Daniel Quiñones
Dramaturgia y dirección: Rafael Bruza

Publicada en Pausa #92, miércoles 25 de abril de 2012

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