miércoles, 28 de julio de 2010

El panorama electoral para 2011 y lo que se pone en juego, según Carlos Girotti

Uno de los fundadores de Carta Abierta, el sociólogo Carlos Girotti, pasó por Santa Fe para presentar la “filial” local del movimiento de intelectuales que integra; en una charla realizada en el cineauditorio de ATE, ante unos 200 militantes la mayoría kirchneristas y el resto afines, dejó algunas definiciones que permiten vislumbrar por dónde pasará el discurso político de la campaña para 2011. No se jugó por un nombre –obviamente, mencionó a Cristina y a Néstor– y plantó una bandera electoral: “Una victoria, pero no a cualquier precio, sino una victoria que garantice que no habrá retrocesos”.

Según Girotti, las conquistas del oficialismo y, en especial, el rumbo fijado tras las elecciones del 28 de junio del año pasado –destacó que el gobierno haya reasumido el timón y enumeró la ley de medios, la asignación universal por hijo, el rol de la Argentina en el plano internacional y la ley de matrimonio igualitario como los hechos más importantes– deben ser resguardados y sostenidos. “Ni a cualquier precio, ni con cualquiera”, apuntó el sociólogo. Y refrescó que en una asamblea de Carta Abierta le reprochó en la cara “al Flaco” (por Néstor Kirchner) el armado con Rico en San Miguel.

“Tenemos que construir una victoria, pero no cualquier victoria. Hay que lograr que se garantice que no va a haber retrocesos. Una victoria en clave de poder propio”, dijo Girotti, y agregó: “Tenemos la posibilidad histórica de construir una nueva hegemonía en la sociedad”, en la que “la correlación de fuerzas” entre las clases populares y los sectores más poderosos se empareje o al menos vaya en ese rumbo.

Definido como “independiente” no kirchnerista y con raíces en la militancia de izquierda de los 70, Girotti destacó que Carta Abierta es una corriente plural de pensamiento que supera las “individualidades” intelectuales en que se reflejan: Scalabrini Ortiz, Jauretche, Cooke y Walsh.
Para el sociólogo, el grupo no es –como dijeron algunos medios nacionales tras su conformación– una “usina K” sino “un espacio plural” en el que conviven kirchneristas, no kirchneristas, socialistas, comunistas, anarquistas, peronistas de viejas y nuevas escuelas e independientes, en donde “lo original es el consenso”.

En la charla refirió variadas anécdotas de los dos años de trabajo de Carta Abierta, que emergió en medio del conflicto entre el gobierno nacional y las entidades rurales por la resolución 125. Girotti recordó que se juntaron para defender un gobierno democrático que, juzgaron, estaba “amenazado”. Otro de los fundadores, Nicolás Casullo –que falleció poco después–, fue el que definió ese momento histórico del gobierno de Cristina: “Clima destituyente”.

Desde entonces, se reúnen en asamblea, cada 15 días, en la Biblioteca Nacional, cuyo director –Horacio González– también es miembro fundador. El mecanismo impone la búsqueda de consensos en lugar de la votación por una u otra moción. Ese aspecto, destacó Girotti, es una de las originalidades del grupo. El otro: se trata de un espacio que surgió y se mantiene “sin pedir nada a cambio”. El objetivo: defender el gobierno desde una posición de independencia.
Girotti –investigador del Conicet, sociólogo y miembro fundador de Carta Abierta en Buenos Aires– remarcó el hecho de que Néstor Kirchner haya sido designado presidente de la Unasur y llamó al público presente a acompañar al gobierno nacional. “Ahora, vamos por todo”, arengó, luego de hilvanar la sanción de la ley de matrimonio igualitario con otras proclamas, como la ley de aborto y la derogación del artículo que obliga al Estado a sostener a la Iglesia católica.

Publicado en Pausa #59, conseguila en el kiosco

lunes, 26 de julio de 2010

Desempolvando notas sobre el campo de 2008...

Esto publicamos a días nomás del voto no positivo...

Qué pueblo, qué conflicto

Por Juan Pascual

Fuera de todos sus relatos biográficos, la razón última del famoso voto del vicepresidente se expresa en una sola frase, que no le pertenece. “Esta ley no soluciona el conflicto”, dijo Julio Cobos en esa madrugada; toda la semana previa Mario Llambías, líder de las Confederaciones Rurales, había usado los mismos vocablos. Incluso pocas horas antes de la votación, en el acto del monumento a los españoles, repitió la consigna: “una cosa son los votos y otra cosa es la solución del conflicto. Pongan huevos señores senadores”.
El enunciado no significa poco: el “conflicto” no es algo que se da por obra de las fuerzas de la naturaleza, como un terremoto o un huracán. Y una “solución” no tiene por qué significar solamente la imposición del propio reclamo. Dentro de esa misma naturalización, en el mismo escenario, con la concisión que caracteriza a quienes están acostumbrados al mando, Luciano Miguens, de la Sociedad Rural, pudo decir que “ganemos o perdamos mañana, esta medida no va a poder continuar”.
Miguens y Llambías sencillamente daban cuenta de lo que las entidades (ellos mismos) iban a promover en las rutas. Si el conflicto existe naturalmente, naturalmente la medida no va a poder continuar porque, naturalmente, florecerán los cortes de ruta. Entonces, es lógico que el propio Miguens acabara de inmediato el asunto en el fin de semana: “El conflicto terminó”, anunció a los medios (y al resto de sus aliados). Fin y principio del conflicto, por ende causas y motivos, estuvieron trazados por los ruralistas. Cobos no hizo más que agregarle una línea a ese texto.
¿Qué hubiera pasado si el vicepresidente hubiera ratificado la resolución 125, modificada en la cámara baja? ¿Cobos le hizo bien a la república porque propuso el tratamiento legislativo del tema, porque participó en su debate o porque votó en su contra? ¿Hubiera sido, de todos modos, el adalid de la democracia y del pueblo si votaba en línea con el poder ejecutivo, del que es parte? ¿El hecho democrático radica en el tratamiento parlamentario o en el resultado de tal tratamiento? Para estas preguntas es preciso recordar la tarde previa a los discursos del senado. Frente a 300.000 personas De Ángeli dijo que “a los señores gobernadores que se pusieron del lado del campo, a los legisladores nacionales y a los intendentes: se van a poder pasear tranquilamente por su pueblo que el pueblo los va a agasajar y les va a reconocer. A los otros... ¡los otros perdieron la libertad!”.
El “pueblo” tampoco es una entidad natural. No preexiste a cómo se articule su sentido, cosa que tampoco es neutral. ¿Adónde empezaba y terminaba el pueblo argentino en 1800? ¿Y en 1809, 1811 o 1817? ¿Eran parte del pueblo argentino los bonaerenses, durante los tiempos de Urquiza? ¿Son argentinos los muertos que se festejan en una efigie y en un paisaje plasmados en el billete de 100 pesos?
Cual sea la definición de “pueblo”, quién la produzca, cuáles sean sus alcances y, sobre todo, quién queda afuera de ese planteo son cuestiones fundamentales para entender la racionalidad de un orden político, sus límites y sus fuerzas inmanentes. Bajo el “pueblo” se encuentra un colectivo superpuesto con el objeto de la acción del Estado, los habitantes en sus relaciones sociales. Y es el nombre de “pueblo” el que legitima las cisuras que el Estado produce en la sociedad, los abismos que surcan como rayos al cuerpo de la población.
El resultado de esta primera escaramuza por la renta agraria -cuyo campo de combate tuvo tres trincheras: la pantalla (del cable y de la cadena nacional), las rutas tomadas y las góndolas vacías o remarcadas- se cifra en el significado de “pueblo” y en la ubicación del “conflicto”. En las tres trincheras el gobierno equivocó todos los modos y modales (véase Pausa #1). La extemporánea actuación de la Gendarmería (que marcó el paso de la resolución al Congreso) y la (al menos) inerme posición frente a los oligopolios de producción y distribución alimentaria, de Quickfood a Molinos o Coto, en pos de controlar la inflación (acelerada por el desabastecimiento) sólo quedan por debajo de la alelada indiferencia frente al lenguaje de la videopolítica (que, guste o no, es una realidad ineluctable).
Las plazas televisadas no resisten la tragedia interna del PJ en la parafernalia de sus carteles; promueven una imagen de formas homogéneas y espectaculares. Más allá de sus orientaciones, la cacerola, la represión y las asambleas de 2001 (circunstancialmente, también los piquetes), las velas y el rostro de Blumberg, las banderas argentinas en 2008 comparten este lenguaje. Es que todo lenguaje es a la vez un límite y (por ello) una posibilidad. Justamente, eso quiere decir que no por gritar más alto un grupo de eslovacos van a comprender el castellano.
Por TV, el “pueblo” del gobierno quedó reducido a la figura del negro (véase Pausa #4) arriado al acto por un choripán y su “conflicto” se significó como un delirio setentista que poco tenía que ver con la así llamada situación de los pequeños y medianos productores. “Crispación” fue el término elegido para aunar los dos términos. Bastante interés mostró el gobierno en dejarse ubicar y en ubicarse en esa posición.
Y así, punto por punto, el “pueblo” y el “conflicto” del ruralismo ganaron el espacio de la conciencia cívica, del saber técnico, de la mesura fraternal. El tipo de significados que construyeron sí respetaban y se nutrían de los marcos del TV, del proceso de la protesta rutera y del horror de los consumidores urbanos por volver a 1989. La forma de naturalizar los sentidos de “pueblo” y de “conflicto” explica tanto la posibilidad de las citas referidas más arriba como el sonriente respeto reverencial de Joaquín Morales Solá, que rompiendo una regla elemental del oficio, como la repregunta, aceptó como dato cierto un aumento del 400% en el glifosato (al momento, la revista del sector consignaba un 68,2%. Y el herbicida compone cerca del 4% del costo total).
En el reverso de las dos articulaciones también estaban las consignas de la mesa de enlace: suspender la resolución 125 (causa única del “conflicto”) porque, en un muy lejano segundo lugar, podía afectar negativamente a los pequeños chacareros (núcleo de identificación del “pueblo”). Sobre estos dos puntos se articularon desde el históricamente devastador mito de la argentina granero del mundo hasta la nueva figura de una especie de tecnogaucho de gorrita, súperarado y siembra directa bajo el dictado de un paquete tecnológico transnacional (véase Pausa #9).
Ya empiezan a retirarse los cadáveres del campo de batalla (De Urquiza y Fernández fueron los primeros) y se inicia el trazado de las nuevas fronteras. Es el momento en que de las justificaciones a través de la opinión del “pueblo” y de los análisis producto de la naturaleza del “conflicto” se pasa a las regulaciones sobre la vida de la población. Es el momento en donde afloran los distintos límites internos concretos y en donde surgen algunas incógnitas.
Hoy, todos los productores pagan el 35%. Alegan preferir eso a la burocracia de las compensaciones. De todos modos, así se impone más aún el más eficiente (el más grande), perdurando el modelo sojero de Duhalde y Kirchner. En un futuro, en lo que surja de la negociación de una nueva curva de la alícuota, el beneficio para los pequeños y el ajuste para los grandes ¿será mayor, menor o igual a lo pautado en la 125 (fuera de todas las mejoras técnicas), o bien se considerará “mediano” a quien venda 3000 toneladas anuales? Alguien que con una sola cosecha tiene ingresos por $3.300.000, ¿no es un grande? ¿Qué representa la Federación Agraria? ¿Cuál es el precio a pagar por sentarse a la mesa con La Rural?
O más exactamente: ¿cuánto tiempo pasará antes de que implote el “pueblo” que supo construir esa mesa?

Publicado en Pausa #11, viernes 25 de julio de 2008

viernes, 23 de julio de 2010

Ya está en los kioscos...


... el número 59 de Pausa, a solo tres pesos.

Pedíselo a tu kiosquero amigo o suscrbite a pausadigital@gmail.com y te lo llevamos a domicilio.

domingo, 18 de julio de 2010

COMO LIMA NUEVA

Peter Capusotto y sus videos regresa a la TV pública y abierta. Para reírse de todos y con todos, el programa que no tiene miedo en desacralizar cualquier institución a fuerza de personajes imposibles, como Pomelo, Bombita Rodríguez o Luis Almirante Brown.

Por Alejandro David

Celebrar la vida con una buena y estridente risotada que retumbe en los rincones más primitivos y escondidos del espíritu argentino es el acto más saludable que podemos conseguir… “O juremos con gloria morir, ¡Libertad, libertad, libertad!” canta Jaime de las Mercedes Cárdenas (desopilante personaje del Capusotto ‘09; si te lo perdiste…buscá en iutub) convencido de que su estribillo stone será el oficial Himno Nacional Argentino.

Celebrar la vida con amigos hace 15 años atrás era juntarnos en una casa los martes antes de las 22.00, comprar suficientes porrones e integrantes salados y sentarnos frente a la TV para disfrutar de un doblete histórico: Caiga quien caiga (era el nuevo periodismo-joven-inteligente-irreverente-corrosivo-político) y el plato fuerte… Cha Cha Cha, el gordo Casero al frente de un elenco demencial: Capusotto, Alberti, Urtizberea, Briski, Cedrón, Samsó, El Jaber.

Pura improvisación y talento de jóvenes actores del under teatral en puestas escénicas donde la referencia a nuestros pasados-presentes culturales, costumbres, prototipos de familia-patrimonio-religión y sociedad y toda la hipocresía hegemónica y torpe de siempre se veían expuestos al rídiculo del cual nunca volvieron… hace ya mucho tiempo.

Y cómo nos reímos con las sátiras de los sátiros políticos: “habla al pueblo argentino el Ministro de Ahorro Postal Don Gilberto Manhattan Ruiz”, un encolerizado y llorón Cavallo,

Una muestra del proceso creativo: Capusotto cuenta la anécdota de “los astronautas argentinos en la luna”. Se trató de una idea que se le había ocurrido y que comentó al grupo antes de filmar. Enseguida Casero dijo que iban a fumarse un “sorete” y así fue el sketch: sin guión alguno (a los cuatro locos argentinos en la luna le pasaban “cosas” sin conexión alguna con nada), con una escenografía austera pero muy graciosa y efectiva. Toda esa parodia tan lograda de Cha Cha Cha (mezcla del negro Olmedo y los célebres Monty Phyton) continuó en los siguientes años y con distintos programas.

Alfredo Casero se alejó del género para mostrar sus dotes de actor completo, Mex Urtizberea paseó su humor por muchos programas que hoy son de culto (Magazine For Fai, Medios Locos, Mañana Vemos, Laboratorios Dormevú), Diego Capusotto y Favio Alberti formaron un dúo imbatible con Todo x 2 pesos y las exitosas obras teatrales Una noche en Carlos Paz y Qué noche Bariloche.

Celebrar la vida hoy es acomodarse en la noche de los lunes para disfrutar esas risotadas liberadoras viendo la nueva temporada de Peter Capusotto y sus videos por la Televisión Pública y abierta para todos. ¡Libertad, libertad, libertad!

Diego Capusotto se convirtió en el nuevo capocómico argentino. Su sociedad con Pedro Saborido es brillante, no sólo por este programa: en radio despliegan sus agudas y burlescas observaciones del latente facho promedio argentino en Lucy en el cielo con capusottos por Rock & Pop.

Celebremos pues, con amigos o en la soledad de la risa cómplice que nos une y nos humaniza.


Festejo del año pasado por el retorno de Peter Capusotto y sus videos. Publicado en Pausa #44

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jueves, 15 de julio de 2010

HAY UN BICHO EN MI CABEZA... Y ESTÁ DE CUMPLEAÑOS

Esta nota salió el año pasado, en Pausa #41, masomenos por estas fechas, recordando los 19 años de CARNEVIVA


Por Ale David

Con 20 años estaba decidido a dedicarme al cine o a lo que se acercara más a ello. Me había comprado la cámara más moderna del momento, una Sony Hi-8 Ntsc, con una resolución pulenta y todo el tiempo filmaba todo. Empezaba mis estudios de Comunicación Social con la ventaja de tener la herramienta mas requerida.

La década del 90 arrancaba con un país decidido a pertenecer al primer mundo, al menos para algunos... pocos. El Cine Club era mi actividad preferida; en una de sus funciones me crucé con un flaco del barrio que conocía de las peñas rock de secundaria, yo como público, él en el escenario cantando fuerte y bien.

El Pato Duarte, un amigo y compañero de estudios, me comentó que Carneviva quería filmar un video clip con cero presupuesto, por supuesto, pero mucha alquimia rockera. Concertamos una cita. Vino el bajista solo, Mario Alfageme, un autentico personaje del rock –campera de cuero negra y caraloco Ringo Starr– por esencia. La charla fue subiendo en ánimos y coincidencias hasta que terminamos convencidos de que éramos amigos de antes, tomando muchas birras, escuchando música en vinilo bien alto y proponiendo ideas geniales para la filmación.

Quedamos en que me presentaría al resto de la banda en el próximo ensayo en Villa California, lugar que se convertiría en el bunker creativo del grupo: el rancho del Lucio. Por entonces la película de Oliver Stone sobre Jim Morrison había prendido en la juventud a pesar de su artificialidad y del maniqueo para con el bueno de Jim, y comenzaban a editarse en VHS los documentales de rock de los grupos clásicos: los Stones, los Doors, Dylan, Floyd, Bowie... mientras que en el norte florecía un movimiento que rescataba, ante tanto pop irrelevante, el mejor momento del rock: los 70. Grupos como Nirvana, Pearl Jam, Alice in Chains y toda la movida grunge.

Fui al ensayo con mi amigo el Pato, con mucha expectativa por todo lo bueno que me habían contado del grupo, y ni bien entré al rancho (así apodaron la casa-sala de ensayo de Lucio Venturini) los primeros riffs del gringo Ferronato haciendo Consumidores de criaderos me mataron. Y encima el batero, con lomo trabajado y vincha gitana golpeando... ¡aporreando su batería!

Fue un knock out cantado. Pero faltaba la otra dupla: Mario y Gustavo, a quien aún no conocía. Y aparecieron. Enseguida reconocí al Tavo Angelini, el flaco del Cine Club que iba a ver películas en su bici igual que yo. Ahí nomás saludó con su brazo y se puso a cantar “dependencia y neurosis, los gerentes están tiesos: ¿quién les enseñó a sonreír en un toqueteo de ciegos?”. Todo cerró perfectamente. Letra y música de acá. Santa Fe tiene futuro, pensé, y me puse a filmar desde todos los ángulos. Esa noche me hice amigo de todos, incluidos los personajes que rodeaban el fuego del grupo.

Se preparaba el primer gran concierto en el Patio Catedral y el entusiasmo por filmar a cuatro músicos comprometidos con la idea trascendental de ponerle poesía y rock a la sociedad santafesina siempre recatada de esos años mentirosos y corruptos, me tenía completamente excitado e inquieto con tutti. Encima la gente que colaboraba con el grupo; primero fueron camaradas y después amigos inseparables.

La energía que fluía en esos ensayos, la sensación colectiva de valorar la existencia bajo la sombra de un árbol centenario en los caminos de Rincón, tomando el porrón negro del pico, escuchando las improvisaciones histriónicas a capella del Tavo, las risas contagiosas de Lucio y Daniel ante las monerías de Mario, el berimbau del Flaco Marcos y las salidas declamatorias de izquierda de Andresito, con el Lulo refutándolo, son fotografías mentales eternas...

Fragmentos de "Diapositivas", también de Alejandro David

Estoy recordando momentos que importan porque hoy todavía están presentes, en las canciones que los jóvenes ahora hicieron suyas y que nosotros cantábamos convencidos y enojados.

“Y disfruto una dicha inmensa cuando caigo en el garguero de alguien gastado por sus bregas y su cuerpo caliente es una dulce tumba que me complace más que mis frías bodegas”.

Esa capacidad de representación generacional que consiguió Carneviva nunca desapareció, está intacta y robusta como ese árbol de los jíbaros, como el alma del vino en las botellas.

Publicado en Pausa #41


miércoles, 14 de julio de 2010

¡SIMPSÓMETRO! El índice de parecidos entre Santa Fe y Springfield...

Por Adrián Brecha

Entre tanto ruido a vuvuzuela, algunas noticias pasaron desapercibidas. Una de ellas es, sin duda, un nuevo encuentro entre nuestra comarca y el hermoso Springfield. La Academia del Federal Bureau of Investigations (FBI) capacitará a oficiales santafesinos en un seminario que se dictará en Quántico, Virginia, Estados Unidos, sede de la tan cinematográfica agencia. La capacitación se realizará en el marco de un programa especial de cuatro semanas en el que participarán un total de 40 oficiales representantes de varios países de América. El objetivo es ofrecer instrucción a los agentes en temas como liderazgo, administración y capacitación en manejo del cuerpo directivo. Quizás esta escena de la familia amarilla se reproduzca en algún ejercicio práctico:

Agente 1: Desde ahora usted es Homero Thompson de Lago del Terror
Agente 2: Cuando yo diga “Hola señor Thompson”, usted diga “Hola”.
Homero: Enterado.
Agente 2: Hola señor Thompson.
Homero: (permanece en silencio)
Agente 2: Una vez más. Cuando yo diga “Hola señor Thompson” y le pise el pie, usted dirá “Hola”. (Le pisa el pie)”Hola señor Thompson”.
Homero: (al Agente 1) Creo que le habla a usted.

Los oficiales superiores seleccionados por el FBI para el Seminario son los Comisarios Inspectores Juan José Mondito y Cristian Sola. No sabemos quiénes ocuparan el rol de los agentes y de Homero. La repercusión de este seminario traerá nuevos escenarios a nuestra ciudad. Quizás tengamos un Departamento de Investigaciones Paranormales, al estilo Expedientes X, que se ocupe de las apariciones milagrosas en las paredes de Santa Rosa luego de que orine un perro o que analice por qué se aglutinan las bandadas de católicos que marchan contra la igualdad de los derechos de todos y todas.


Publicado en Pausa #58, ahora a la venta en los kioscos

(Comentanos ¿qué otros parecidos entre Santa Fe y Springfield creés que hay?)

martes, 13 de julio de 2010

Divididos por el matrimonio


El debate por los cambios al Código Civil para ampliar el matrimonio a parejas del mismo sexo hizo visible la división de la sociedad santafesina: una masiva marcha en contra y una encuesta que marca el apoyo.

Por Ezequiel Nieva

El proyecto que propone modificar el Código Civil para habilitar el matrimonio entre parejas del mismo sexo hizo visibles las profundas divisiones que atraviesan a la sociedad. En Santa Fe, en estas semanas, el debate llegó a la calle con dos manifestaciones –una a favor de la medida; la otra, mucho más masiva, en contra– y se instaló como tema cotidiano de discusión.
El jueves 1º, en paralelo a la marcha por la familia tradicional, hubo una convocatoria, organizada en la misma semana, sin apoyo político ni institucional. Fue en la Plaza de Mayo, a unos pocos metros del otro mitin, y reunió a unas 200 personas que se manifestaron a favor del matrimonio para todos y todas. Al mismo tiempo se desarrolló la multitudinaria marcha organizada por grupos católicos y apoyada por la Iglesia, que reunió a unas 4.000 personas que se manifestaron en contra de la posibilidad de extender los derechos vinculares a las parejas del mismo sexo. La convocatoria fue lanzada bajo la consigna “Matrimonio = Varón + Mujer”. Los manifestantes se juntaron en el Paseo de las Tres Culturas y de allí marcharon hacia la Legislatura.
Senadores justicialistas y radicales los recibieron; luego, el arzobispo José María Arancedo y el padre Axel mantuvieron un encuentro con los legisladores en la sala de reuniones de la Cámara. Un mensaje político de la Iglesia Católica que, sumado a la marcha del lunes en Rosario y a la campaña de firmas a nivel nacional –que reunió unas 500 mil voluntades de rechazo–, tuvo su correlato en el Congreso: el Senado emitió un dictamen en contra del proyecto que vino de Diputados, promovido fundamentalmente por el oficialismo, y a favor de un proyecto de unión civil sin adopción, salido de las filas del cobismo, apoyado públicamente por el vicepresidente y reconocido como “aceptable” por la jerarquía vaticana local.
El propio arzobispo de Santa Fe definió claramente cómo se articulan las cuestiones, la línea y los sectores en pugna: “No es un tema menor; es más grave que el conflicto por la (resolución) 125. Es una ley, como toda ley, universal: orienta comportamientos. Y yo como argentino quiero la unión estable entre el hombre y la mujer orientada a la vida”. Arancedo aseguró que la Iglesia tolerará que se sancione una ley de unión civil –dos veces rechazada por los senadores en la provincia, ahora propuesta como alternativa en el Congreso– pero no que se equipare con la ley de matrimonio que hoy sólo alcanza a las parejas heterosexuales.
El éxito de la “marcha por la familia” se explica a partir de ciertos datos. Primero, el tiempo de organización: con más de un mes de anticipo, a fines de mayo, la Red Pro-Familia inició la campaña de difusión. En las últimas semanas los medios de la ciudad fogonearon la marcha. Las escuelas católicas convocaron por nota a las familias y a los alumnos a participar. Y los institutos terciaros que dependen del Arzobispado desobligaron a sus estudiantes para que puedan sumarse a la marcha.
Todo aceitado: globos impresos con las consignas de la convocatoria, vuvuzelas y un premeditado clima –hasta traducido en las canciones elegidas para acompañar la procesión hacia la Legislatura– de alegría y optimismo, como forma de responder a los que calificaron la marcha como “anti”. Incluso se usó el sistema de sonido que la Iglesia monta sobre General López cuando hay alguna festividad.
La contracara fue la marcha llamada sencillamente “A favor”, que se convocó a través de las redes sociales de internet en los días previos y apenas logró reunir a un puñado de jóvenes. La consigna más visible: “La igualdad comienza cuando reconocemos que todos somos diferentes”. Los jóvenes redactaron un petitorio dirigido a los legisladores para pedirles su compromiso a favor de los cambios que se discuten en el Congreso.
Pero la manifestación “A favor” no logró los mismos resultados que la movida “por la familia”. Esa tarde el Senado no sesionó por falta de quórum, pero igual algunos legisladores se quedaron para recibir a los manifestantes. Los justicialistas Juan Carlos Mercier, Norberto Betique, Cristina Berra y José Baucero salieron a la explanada para ver el acto desde atrás. También el radical Felipe Michlig se unió a sus pares opositores y fue parte del posterior encuentro puertas adentro del Senado con Arancedo.
En el Senado, el arzobispo expuso su preocupación por la posibilidad de que en el futuro las parejas homosexuales puedan acceder a la adopción; aseguró que la ciencia determina que el proceso de crecimiento de los chicos debe darse en un ámbito tradicional: papá varón y mamá mujer.
Mercier le recordó una propuesta suya, que aún no fue tratada, para que la Legislatura se desentienda del tema. Esa iniciativa se basa en el Pacto Civil Francés y la idea de Mercier es que se debata en el Congreso de la Nación. Uno de los artículos del Pacto Francés dispone que las uniones estables entre dos hombres o dos mujeres no se celebren en el mismo ámbito que el casamiento civil tradicional.
En la marcha del jueves 1º hubo grupos del interior de la provincia. Y una numerosa presencia de rosarinos. Convocados por la Red Familia Rosario llegaron unos 70 vehículos. El lunes 5 organizaron su propia manifestación en la ciudad del sur, pero estuvo lejos en cuanto a convocatoria: reunió apenas a unas 500 personas.

Publicado en Pausa #58

jueves, 8 de julio de 2010

Desde el viernes 9, en los kioscos de Santa Fe


¡a sólo tres pesos!

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domingo, 4 de julio de 2010

Radiografía del trabajo infantil

Indagan para conocer mejor en qué rubros de la economía están insertos los menores que trabajan en la provincia de Santa Fe. La UNL y el Ministerio de Trabajo realizaron un relevamiento sobre mano de obra infantil. En las ciudades, el rubro que predomina es el comercio. En el norte, las actividades agropecuarias. El problema es global y afecta a unos 250 millones de chicos en todo el mundo.
Por Pilar Guala

El Ministerio de Trabajo presentó el primer relevamiento cualitativo sobre trabajo infantil de la provincia de Santa Fe. El estudio fue elaborado por la cartera que conduce Carlos Rodríguez en colaboración con la Universidad Nacional del Litoral y la oficina de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en la Argentina. El objetivo: obtener una aproximación sobre el conocimiento del problema desde una triple perspectiva: la medición de la magnitud del trabajo infantil (TI), el análisis de las representaciones sociales que distintos actores poseen con relación al mismo y delimitar las estructuras que habilitan y constriñen la presencia de niños y niñas en las actividades productivas santafesinas.
Desde el equipo de investigación destacaron que el estudio partió de la necesidad de conocer en profundidad el estado de situación, a partir de la mirada que los funcionarios de municipios y comunas y algunas ONGs tienen sobre el TI en la provincia. En ese marco, Rodríguez explicó que la intención fue conocer más a fondo la situación de los chicos que trabajan para tener una idea “de la magnitud real” del tema antes que, simplemente, las cifras. “Por los datos que obtuvimos, creemos que es necesario realizar intervenciones”, anunció el ministro de Trabajo.
El relevamiento consistió en cuestionarios que se distribuyeron en distintas localidades de la provincia dirigidos a funcionarios políticos y referentes de ONGs que trabajan sobre el tema, a padres y, también, a chicos de hasta 17 que ya atraviesan una experiencia laboral. El objetivo: “Identificar en qué trabajan, cuáles son las representaciones sociales de los funcionarios y ver cuál es el rol de la educación y cómo lo visualizan”, según explicó el ministro.
De 362 cuestionarios que se repartieron, apenas 79 fueron contestados: el 22%. Además, se hicieron 13 entrevistas estructuradas aplicadas en el terreno a integrantes de las organizaciones de la sociedad civil y 22 entrevistas en hogares con niños que participan en actividades productivas. Rodríguez se quejó de los funcionarios de comunas y municipios que no colaboraron, aunque igual destacó que se hicieron 114 entrevistas con los llamados “informantes clave” y subrayó que los funcionarios que respondieron representan sólo a municipios y comunas del centro y sur de la provincia; por eso, la información analizada refleja mejor la situación en esas regiones y no la del norte santafesino.
Allí, en las pequeñas comunidades, donde se registran índices similares o mayores que en las ciudades más grandes, están convencidos de que el problema sólo es de Santa Fe o Rosario. Según Rodríguez: “Lo primero que saltó es que la imagen del trabajo infantil se vincula con la forma visible de lo urbano-marginal. La respuesta más corriente en las comunas era ‘no, no, nosotros no tenemos; este es un problema de Rosario o Santa Fe. Porque acá no hay chicos ni de la calle ni en la calle’. Ellos asumen que el trabajo infantil sólo está asociado con la calle y las grandes urbes”.

CUÁNTOS Y EN QUÉ. Se estima que a nivel mundial unos 250 millones de niños están insertos en el mercado laboral, formal e informal. En América Latina y el Caribe son 17 millones y medio: el 70 por ciento se dedica a la agricultura y a la pesca. En la Argentina la principal actividad de los chicos es “ayudar” en un negocio, en muchas ocasiones de la propia familia; luego, la recolección de papeles y cartones; luego la venta callejera. En Santa Fe, sobre todo en el norte, es muy extendido el uso de mano de obra infantil en el campo. Y en los grandes conglomerados –Rosario y Santa Fe–, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) entre 2003 y 2009, el 5% de los chicos de entre 6 y 17 años trabajan. Esas estadísticas, que serán actualizadas cuando se haga el Censo 2010 en octubre, indican que a menor tecnificación, mayor trabajo infantil; Rodríguez apeló al ejemplo de las cosechas. El otro emergente: los chicos NI. Ni estudian, ni trabajan: son unos 260 mil en toda la provincia.
Respecto de las principales actividades productivas con participación infantil en la provincia, en el relevamiento se mencionan también los servicios sociales y personales, la construcción, cosecha artesanal de frutillas, horticultura, pesca de subsistencia, cría de chivos y de ovejas, cuidado de ganado, arreo de ganado, alimentación de animales, caza de nutrias, fabricación artesanal de vidrios, fabricación artesanal de ladrillos, reciclamiento de basura, venta ambulante, ayudante de supermercados, trabajo doméstico, cuidado de niños o de ancianos, cuidado de enfermos y prostitución.
Sobre la construcción social de la infancia trabajadora, el informe destaca que las representaciones sociales de los funcionarios políticos y de los miembros de las organizaciones no gubernamentales muestran que el trabajo infantil se construye desde las imágenes más visibles, esto es, las actividades urbano-marginales realizadas por los niños en las grandes ciudades; también que la participación de los niños en actividades productivas familiares es vista desde representaciones sociales con connotación positiva.
Del informe también se desprende que las actividades que realizan los niños vinculadas a las tareas domésticas y al cuidado de los más pequeños al interior del hogar no son vistas como trabajo infantil sino como un aporte que el niño realiza a la dinámica y al funcionamiento del hogar. Por ultimo, señalan que si las actividades productivas realizadas por los niños no obedecen a razones de subsistencia (esto es, de pobreza del hogar) no son consideradas trabajo.
OBJETIVOS. El capítulo 5 de la investigación se pregunta: ¿se puede erradicar el trabajo infantil? Rodríguez opinó que el primer desafío será diseñar políticas públicas de intervención a partir de la identificación clara de la oferta –de la que participa la familia– y de la demanda –el mercado, que en sus distintas variantes lo alienta y lo exige– de la mano de obra infantil. El ministro de Trabajo y su par de Desarrollo Social, Pablo Farías, coincidieron en identificar el problema con la pobreza y destacaron la necesidad de abordarlo en forma articulada desde todas las áreas del gobierno.
Rodríguez a su vez resaltó como “una de las medidas más interesantes de los últimos años” la asignación universal por hijo, por su impacto positivo en los indicadores sociales más importantes. Pero aclaró: “Los programas de combate al trabajo infantil que actúan a través de la mejora de los ingresos familiares no serían suficiente para evitar la participación infantil en las actividades productivas. Para que la intervención sea exitosa se deben modificar los incentivos, que hacen que algunas familias privilegien el trabajo de sus hijos por sobre la educación”, añadió el funcionario.
Por su parte, el peruano Javier González Olaechea, director de la oficina de la OIT en la Argentina, destacó el trabajo que viene desarrollando el gobierno santafesino e instó al ministro Rodríguez a continuar avanzando en la misma línea. “La provincia de Santa Fe ha dado un paso pionero en la utilización de conceptos y metodologías para hacer una actualización del conocimiento estadístico de la problemática del trabajo infantil. Ojalá pueda ser replicado en otras provincias”. Y explicó, en el acto que compartió con Rodríguez y Farías: “Mi presencia aquí es para escuchar esta presentación; como representante de la OIT en la Argentina he querido privilegiar este esfuerzo porque vale la pena dar todas las garantías y el respaldo del caso”.
González Olaechea ratificó además “el compromiso” del organismo internacional de trabajar junto a la provincia por un objetivo de máxima, al que no le ponen plazo: erradicar el trabajo infantil. El peruano recordó que ése es uno de los objetivos del milenio propuestos por las Naciones Unidas, a los que adhirieron más de 170 jefes de Estado de todo el mundo. Los ocho objetivos de desarrollo del milenio, que abarcan desde la reducción a la mitad de la extrema pobreza hasta la detención de la propagación del VIH/SIDA y la consecución de la enseñanza primaria universal para el 2015, constituyen un plan convenido por casi todas las naciones e instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial. Ese es el objetivo de máxima que persiguen tanto la cartera laboral como la OIT, tarea que reconocen como difícil y que demandará años.
“A partir de este relevamiento cualitativo del trabajo infantil, la provincia comenzará a diseñar intervenciones integrales que permitan empezar a revertir la situación actual de este problema”, concluyó el ministro Rodríguez.

Publicado en Pausa #57