miércoles, 23 de junio de 2010

De hippies y punks

Por Guillermo Arch

El cine y la música tienen desde siempre un carácter distintivo en su recepción estética que los distingue de las demás expresiones: su dimensión absolutamente temporal hace que debamos entregarnos a su percepción durante su duración y, en la mayoría de las veces, “pensar después” o repensar los valores estéticos de la obra que acabamos de mirar, escuchar o –lo que sería más honesto– “sentir”. Esta característica hace que estas artes sean las más pregnantes a nivel masivo –de lo que da cuenta muy bien la cantidad de dinero que mueven– y merece reflexiones como la de Slavoj Zizek en su Guía cinematográfica para perversos: el cine no satisface tus deseos, sino que los crea.
En la misma obra nos dice que hay que tener cuidado con la música al identificar que Chaplin usa un mismo tema musical en el El gran dictador para dos escenas con significados políticos opuestos: cuando el dictador juega con el globo terráqueo y cuando el barbero transfigurado por su uniforme se saca la careta en un acto masivo con un memorable discurso, sobre el fin de la peli, escuchamos la misma música.
Hacer un ciclo de “Cine y Música”, entonces, tiene sus bemoles y no sorprende que cuando estos ciclos se organizan (es prácticamente un reflejo condicionado en cualquier secretaría de cultura de un centro de estudiantes) circulen alrededor del Rock and Roll, y que, por otro lado, haya como una serie de pelis canonizadas que “deben” estar: Tommy, El submarino amarillo, La canción sigue siendo la misma, Quadrofenia y otras tantas que navegan siempre detrás del buque insignia que se llama The wall (reconozcámoslo, una de las mejores pelis de la historia del cine, y el que no esté de acuerdo que se dedique al aeromodelismo).
Lo dicho sirve para presentar un breve racconto de la propuesta de “Cine y Música” de DeSvelado y anunciar e invitar a acompañar la edición de este año (la tercera) de un espacio que ha ido creciendo y transformándose.
Es así que en el 2008 empezamos por sacarnos las ganas y arrancamos con una propuesta que trató de mixturar inquietudes y presentar un material fílmico referente a la música tanto reciente como de raro visionado: a la musicalización de las pelis de Melies en vivo por Aparicio Alfaro y a algunos temas de Camilo Hormaeche antes de la proyección de Luca se sumaron a las proyecciones de La Valle con música de Floyd y al excelente documental sobre los Sex PistolsThe filth and the fury, entre otras. El año pasado –siempre tratando de crecer y no de engordar– empezamos con la impresionante parodia de Los Beatles, The Rutles. Aparicio presentó una pieza de video-arte referida a la historia del cine, pudimos ver obras dedicadas al jazz (Thelonius Monk: straight no chaser y Let’s get lost sobre Chet Baker); las pelis de Ken Russel Mahler yLizstomanía; hubo también blues y en el final recital y pantalla a cargo de Pobre Vaca.
Este año bajo el mismo lema redoblamos la apuesta, y aquí va el fixture: comenzamos el jueves 17 a las 22:30 hs en el América (el ánimo más tranquilo después del partido contra los coreanos) con Taking Woodstock (2009) de Ang Lee, ficción sobre la organización del mítico festival ícono del hippismo. El 24 vuelve a presentarse Pobre Vaca con una nueva propuesta llamadaPanorámicas que promete transformar la sala y, a la semana siguiente, el 1 de julio (no hay fútbol por el impasse entre octavos y cuartos de final) veremos Ex drummer (2007) de Koen Mortier, una comedia centrada en un grupo un grupo punk… absolutamente disfuncional, si cabe esa posibilidad.
Ex drummer: vida de punk belga

El 8 de julio, con los finalistas ya resueltos, después de dos años Aparicio llega al desiderátum de musicalizar una peli entera en vivo. Se tratará del clásico La pasión de Juana de Arco de Carl Dreyer (1928). El 15, cuando algunos –esperemos que seamos nosotros– de los pueblos de este mundo haya comenzado su reinado de cuatro años por tener el mejor futbol del mundo, seguimos con el blanco y negro pero en la Manchester de los 70-80: Control (2007) nos cuenta la atribulada vida de Ian Curtis, cantante de Joy Division.


El 22 de julio estamos invitados a ver una joyita de culto de esas que se las traen: 200 moteles (1971) escrita y dirigida por Frank Zappa, una locura de aquellas: decir nomás que a Ringo Starr en el ciclo ya lo vimos haciendo de Papa y aquí lo vemos haciendo de…¡Zappa!
Y el 29 de julio culmina este fixture con un espectáculo recital-audiovisual en vivo a cargo de Astro Bonzo. Sí, los muchachos se subieron al carro, y –como dijo el Indio– cuando el carro marcha los melones se acomodan, y la banda ya se encuentra trabajando para un excelente broche del ciclo.
Bueno amigos lectores de Pausa, quedan todos invitados a compartir todos jueves a las 22:30, en el Cine Club Santa Fe, en DeSvelado, Cine y Música 2010.

Publicado en Pausa #56

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